El destino ya había puesto las piezas en su tablero de ajedrez llamado vida y ya había hecho su primer movimiento y ese era que los amantes se encontrarán por primera vez
Los ojos cansados de aquel joven de piel blanca y cabellos negros, no podían dejar de mirar a aquella chica que estaba a varias mesas de distancia de él
Un suspiro de anhelo salió de su confundido pecho
Aquella chica de cabellos verdes amarrados en una coleta era simplemente hermosa, un sueño hecho realidad...
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—¿A quién tanto miras? ¿Eh Yuta?
Pregunto un chico peli rosa, dándole un codazo a su amigo que parecía estar hipnotizado
—¿Eh? Yo...—Yuta sacudió su cabeza —¡No estaba mirando a nadie! —tomo su café tratando de ocultar su pena a discreción, pero su vista volvió a dirigirse inmediatamente a aquella chica de lentes
Sus amigos solo rieron un poco mientras la atención se dirigía hacia aquella mesa que había llamado la atención del siguiente en la línea real del clan Gojo
Aquel joven de cabellos negros y ojeras marcadas, era el siguiente sucesor solo por debajo de su arrogante primo
Si Satoru moría, Yuta sería el siguiente líder de aquel maldito clan...
Lo que no sabía aquel joven, es que en aquel momento había puesto los ojos en una Zenin... un enemigo mortal del cual, poco había escuchado hablar y nunca había visto en su vida debido a su crianza en el extranjero
—¡Oh! ¿Así que una de ellas sería tu tipo ideal, no? ¿Cuál de las dos gemelas es? O ¿Acaso será la rubia, la castaña o la peli azul?— pregunto el grandullón de Aoi sonriendo
—¿Eh? ¡Qué! ¡No es lo que ustedes piensan, yo solo tengo ojos para...!— aquel peli negro no pudo defenderse
Sus amigos ya habían notado a aquellas cinco féminas a la distancia y hablaban entre ellos sobre cuál era la más linda
—¡Shake!—Toge estiró los cinco dedos de su mano derecha
—Si ¿Cuál de las cinco es la que ah llamo tu atención? ¿Eh Yuta?— pregunto un chico rellenito con la mitad del cabello negro y la otra mitad en blanco al que le decían Panda
—¡Dije que no es lo que piensan!—Levanto la voz — ¡Mejor sigamos comiendo! ¿Alguien va a pedir algo más del menú?— soltó Yuta tratando de ya desviar el tema y su vista también
—¡Anda! ¡Dinos quien es, sino iremos a averiguarlo por nosotros mismos!— comento Itadori dándole otro leve codazo
—¡Les dije que no es lo que parece!— pero fueron inútiles sus palabras, sus acompañantes hacían lo que querían