Capítulo 1 - AuPair en Googlee

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El final de la primera quincena de junio se aproximaba y con ello el verano. En pleno Londres no es que aquello se tradujera en un calor achicharrante, pero sí significaba el comienzo de las vacaciones de verano y Flavia no podía estar más agobiada por ello.

- De verdad, es que no lo entiendo. - Suspiró frustrada.

- Tiene mucha cara, y no es justo que ahora te haga esto. - La apoyó su amiga Bianca.

- Tres años jodiéndome para tener la puñetera custodia compartida, ¿y ahora dice que se va todo el verano? - Bebió un sorbo de su café mientras intentaba relajarse inútilmente.

- ¿Y no hay nada que puedas hacer? - Preguntó Fernanda.

- ¿Qué quieres que haga? ¿Retenerlo? - Preguntó irónica Flavia. - Si se quiere ir se irá, y a mí me deja el marrón, porque a ver ahora con quién dejo yo a Miranda.

- Flavia, sabes que casi siempre o Bianca o yo estamos en casa, puedes dejarla con nosotras siempre que quieras. - Propuso la de ojos azules.

- Lo sé, y lo agradezo, pero esa no es la solución, no puedo dejarla cada vez que tenga guardia, Miri tiene que estar en casa...

- ¡Oye! - Exclamó Fernanda de repente, haciendo que Flavia la mirara con interés. - ¿Y si buscas una babysitter o una au pair?

Miró a su amiga unos segundos con el ceño fruncido. No había sopesado esa idea en absoluto desde que su ex marido, Dante , le había dicho que no iba a poder quedarse con la hija que tenían en común en todo el verano.

Flavia trabajaba en un hospital al oeste de Londres, era una doctora excepcional, a la que todos admiraban y respetaban. Muchas veces tenía guardias interminables y eso era lo único que odiaba de su trabajo, tener que pasar tantas horas lejos de su única hija.

La pequeña Miranda estaba a punto de cumplir 6 años, y tenía una especial debilidad por su madre. Ambas estaban muy unidas y Flavia sentía que no necesitaba más que el amor de esa pequeña niña en su vida.

Cuando Dante le dijo que se iría, su cabeza empezó a llenarse de pensamientos para averiguar cómo podría hacer para tener a su hija bien atendida cuando ella estuviera trabajando.

- No sé, Fernanda... - Dijo de repente. - He escuchado algunas historias bastantes espeluznantes sobre las au pairs.

- Sí, pero no todas. - Intervino Bianca. - Una amiga mía, Laura, tiene una que lleva con ellos ya más de un año y es como una más en la familia. Los niños la adoran y ella le tiene mucho aprecio, según me ha dicho.

- Yo creo que si haces entrevistas en persona puedes encontrar a alguien que te vaya bien, además seguro que a Luna le encantaría tener una chica con la que jugar.

- Eso es cierto. - Admitió . - ¿Sabéis cómo funciona todo esto? ¿Qué he de hacer?

- Creo que te tienes que registrar en una página web. - Dijo Bianca. - ¿Tienes el portátil por aquí?

- Sí. - Dijo Flavia mientras se levantaba para buscar el ordenador. - Aquí está. - Dijo una vez que volvió con él.

- Vale, busca "Au Pair World en Google". - Le indicó Bianca. Flavia lo hizo y al instante una web con esas misma palabras apareció en el buscador. - Vale, pincha en esta.

Lo hizo y la web se cargó con diversas opciones: para Au Pairs y para familias.

- Supongo que tendré que registrarme aquí. - Dijo Flavia, indicando el lugar dónde indicaba para las familias.

Flaviera -La Au PairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora