Katsuki Bakugo, héroe número dos de Japón, ya había llegado bastante cansado a su casa. Sin esperar recibir nada al llegar, ya era bastante tarde y conociendo a su esposo, él ya se habría ido a dormir mucho más temprano de lo que podría haber llegado a casa. Suspiró, quitándose sus zapatos, tirando su chaqueta y aflojando su pantalón.
Se tiró en el sillón, con los ojos algo cansados. En su mano mantenía una bolsa con la que había llegado a casa. Ese día era el aniversario de ambos, pero no pudo estar con el pecoso, lo que causó que en todo su patrullaje haya estado demasiado irritable, enojado por todo mínimo detalle que pasaba en su espacio personal. Solo quedó viendo el techo un buen rato, pestañeando una y dos veces antes de cerrar bien sus ojos, quería dormir, estaba bastante cansado, demasiado de hecho... Estaba hasta la puta mierda y quería descansar en brazos de su esposo. Se levantó para irse a la cama en la habitación del fondo, imaginándose el olor del pelo ajeno haciéndolo feliz.
Se levantó, dejando la bolsa sobre la mesa central de la sala, caminando con pasos arrastrados y flojos hasta poder llegar de forma agotada a la puerta de la habitación matrimonial que compartía con él. Una suave sonrisa formada en su rostro, podía oler el olor a lavanda de sábanas recién lavadas y el dulce aroma de una vela aromática que Izuku ponía para cubrir su olor de humo, cosa que hasta el mismo Katsuki agradecía.
Un fuerte rugido salido desde su estómago vacío lo hizo gruñir de forma inmediata, sin realmente ganas de comer, teniendo que dar media vuelta a tomar un vaso con agua y abrir la heladera buscando algo para poder comer. Sacó primero el agua y cerró la heladera, yendo a agarrar la fastidiosa bolsa del mercado. Agarrando los paquetes de papas fritas y caramelos, dejándolos en una de las gabetas, poniéndole un post-it encima.
Solo para ti.
-KatchanVolvió bostezar, abriendo la heladera y fijándose en un taper de comida, tomándolo entre sus manos con cuidado, viendo la nota que tenía encima. Causando un sonrojo en sus mejillas, riendo mientras abría el taper, sacando los onigris sin relleno que había ahí.
Dió una mordida confiada, pensando que eran comprados de un local, por lo cual iba a estar rico. Una mueca rara se formó en sus labios al sentir un insípido sabor...
Le faltaba sal.
Volvió a leer la nota algo confundido.
Solo para ti<33
Deku
-me costó prepararlo, ¿Está rico?Miró los otros dos onigris dentro del contenedor, sabiendo que tampoco tendrían sal ni mucho menos relleno. Alzó los hombros comiendo los tres sin mucha vuelta.
Durmió con mal sabor, pero con el estómago lleno abrazando a Izuku.
🍙
El joven héroe de paz, se levantó sonriendo al notar al rubio a su lado y sus brazos al rededor de su pecho, emocionado y yendo a la heladera, viendo que ya no estaba el taper. Volteó a mirar la mesa, chillando con euforia mañanera al ver el taper vacío y sin ninguna miga para lavar.
Katsuki desde la habitación aún trataba de saber que día era cuando su esposo volvió corriendo a abrazarlo.
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Izuku no sabe cocinar
FanfictionNo era un secreto que aquel gran héroe... No era un gran sabio de la cocina, Izuku Midoriya era un genio en el combate a distancia, cuerpo a cuerpo, y un estratega de envidiar, hacer un onigri no era parte de sus habilidades.