Primera cita

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Regalo para Ceci, quien pidió un superbat en su primera cita.

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 Suspiró de nuevo frente al espejo de su habitación. Para ser sinceros, no estaba seguro de estar haciendo lo que estaba haciendo. Descargar apps aleatorias para ligar con desconocidos y quedar con ellos en algún lugar de la ciudad no era para nada su estilo, pero en algún momento tuvo esa loca idea y ahora simplemente se estaba dejando llevar por la situación que él mismo había creado.

Se debatió entre llevar flores, chocolates o algún regalo estúpido. Había salido antes con chicas y solía ser un buen comienzo, pero no con hombres y no estaba para nada seguro de cómo empezar. Bat1010 no le daba la sensación de ser el tipo de hombre que recibiera chocolates y un ramo de rosas, es decir, en el chat siempre era amable, generoso y cariñoso hasta cierto punto, pero nunca le dio la sensación de ser alguien que le gustara recibir detalles de ese tipo. Nueve meses hablando por chat a diario sin verse ni llamarse tampoco le daba una idea muy profunda de su ser.

Cuando salió de su apartamento, se sintió como un adolescente de secundaria nervioso por su primera cita. Intentó serenarse y, una vez llegado al restaurante donde habían quedado, sintió como su corazón iba a salirse de su pecho en cualquier momento. Leyó el menú unas diez veces, miró el reloj a cada segundo, tal vez no fue buena idea salir una hora antes para llegar media hora temprano, el tiempo comenzaba a hacérsele eterno. Estuvo a cinco veces de pararse y abandonar antes de que empezara; los pensamientos sobre quién era su cita y las posibilidades de que nunca apareciera comenzaron a llenarlo de dudas angustiosas.

—Hola, ¿Eres tú BoyScout?

Clark levantó la vista, frente a él estaba el mismísimo ¿Bruce Wayne? Se quedó un momento petrificado, sin entender absolutamente nada. Tenía que ser una broma o algo así ¡Habría caído en una trampa de Lois! Nunca tendría que haberle dicho que estaba escribiéndose con alguien y mucho menos que iba a quedar con él.

—Soy Bat1010.

Clark se levantó del asiento de manera brusca. Vale, podría estar buscando a alguien con quién compartir o algo así, pero no pensaba ser el blanco de las burlas de nadie, mucho menos de un ricachón engreído como era Bruce Wayne. Demasiado lo había visto en todo tipo de galas.

—No estoy para bromas.

—No es una broma —Bruce lo miró sin entender. Miró a todos lados —¿Eres tú o no? De otra forma, estás en mi mesa —El gotamita levantó una ceja en su dirección.

—Esta es mi mesa —Clark refutó.

—Entonces sí eres y no, no es una broma —Bruce sacó su móvil y comenzó a buscar. Sus dedos se deslizaron por la fina pantalla de manera experta y luego la movió hacia él —¿Ves? Nuestra conversación. Soy yo y este eres tú, ¿No?

Clark pudo reconocer claramente la conversación. Sí, sí, él había sido el autor de esos mensajes y, por lo que parecía, el jodido Bruce Wayne era el tal Bat1010 con quien estuvo mensajeándose por meses ¡Y por Hera! ¿Qué hacía un hombre como ese en una app de poca monta como esa y quedando en un restaurante tan ridículo y suburbano como ese.

—¿Por qué Bruce Wayne usaría una app como esa? —Preguntó sin entender nada. Bruce solo le sonrió.

—¿Es que está prohibida para alguien como yo?

—No, no —Clark negó —Es que... Es simplemente... Nunca pensé que alguien de... Bueno...

—Supongo que solo estaba buscando algo de normalidad en mi vida —Bruce se encogió de hombros —Pensar que podía hablar sinceramente con alguien sin necesidad de que tuviera un juicio previo sobre quien era.

Hubo un silencio por un momento, la emoción que Bruce parecía tener hace unos minutos se fue evaporando poco a poco con el paso de lo segundos.

—Entiendo perfectamente que no quieras, es decir, dijiste que eras periodista, ¿No? Seguro que conocerás cosas sobre mí. Esta bien, no pasa nada, no voy a ofenderme por eso.

Clark se sintió un poco mal. Como reportero sabía lo mal que muchas veces la prensa dejaba a algunas personas, que no todo era lo que se veía o leía en los periódicos o blogs. Estaba seguro que muchas de esas personas eran otra cosa muy distinta al papel que jugaban delante de una cámara.

—No. No me mal entiendas, por favor —Su expresión cambió a una más alegre. Por alguna razón, escucharse a sí mismo regañarse por ser una persona que juzgaba sin conocer lo hizo reaccionar —Yo solo conozco de ti lo que hemos hablado.

Y era verdad. Bat1010 no era exactamente nada de lo que se esperaría de un multimillonario Bruce Wayne y aún estaba muy emocionado por saber qué más podía descubrir.

—Toma —Le extendió un Ferrero Rocher. Era estúpido, tonto y demasiado poco, pero si algo había aprendido de nueve meses hablando con aquel tipo es que era escueto, directo y bastante minimalista en su forma de ser (Aunque ahora sabiendo que era un millonario no estaba seguro de eso último).

—¿Gracias? —Bruce sonrió, nunca antes había recibido un regalo tan interesante, tan profundo en cierta manera.

—Yo no traje nada, creí que era mejor así.

—Con que no me hayas dejado plantado es suficiente para mí —Clark llevó una mano a su pecho, como soltando todo el aire que había estado aguantando —¿Sabes lo vergonzoso que sería que nadie llegara? No volvería a salir de mi apartamento nunca.

—Yo no haría eso.

—Pensé 'Y si me ve de lejos y decide que soy horrible', Dios, moriré. Me va a bloquear y nunca jamás sabré que fue de él y todo porque me vestí mal o, quizá no le gustó cómo combiné mi ropa.

Empezó a hablar demasiado rápido, dando mil y una posibilidades sobre cómo todo eso podría salir de una manera horrible.

—Bueno, por lo que a mi respecta, estoy totalmente seguro de que me gustas por todas partes.

Tal vez más tarde inspeccionara mejor ese reportero y acabara de confirma que sí le gustaba centímetro a centímetro. Por ahora, solo pensaba deleitarse en escucharlo hablar de mil cosas a la vez. 

Intercambio NavideñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora