Capítulo 7

1.2K 122 28
                                    


Nadie tuvo la oportunidad siquiera de preguntar el porque de tan extraña salida, ya que Candy los llamo a todos a la biblioteca, uno a uno, fueron llegando, Stear y Archie quienes habían llegado de la empresa para el almuerzo tuvieron que avisar a sus secretarias que cancelaran y reprogramaran las reuniones que tenían pendientes, por si acaso.

Unos minutos después llego Candy, ella llevaba en sus manos un sobre, pidió a todos tomaran asiento, haciéndolo todos, ella hubiera querido no tener que llegar a este momento, pero con todo lo sucedido comprendió que era el tiempo de hacerlo y no podía postergarlo más.

—como ustedes recordaran, cuando fui adoptada a los trece años, me sentí inmediatamente apegada a Anthony, algo que fue reciproco, pese a eso, nunca paso de ser algo platónico, pues él nunca me pidió noviazgo, ni mucho menos me dio algo mas que uno que otro beso en la mejilla.

Todos estaban sorprendidos, pues, aunque nunca lo dijeron, habían supuesto que fueron novios, más cuando Candy llego con Rosemary.

—luego un poco después de cumplir quince años, —continuo Candy, —Anthony decidió irse a pasar una temporada con su padre, el no quiso decir a nadie, pero el descubrió que este estaba enfermo y que moriría pronto, al morir su padre, el quiso pasar su luto solo, fue cuando ingresó a la universidad, aislándose aun más, casi de todos.

—luego al estar yo por entrar en la universidad, papá murió, el regreso a acompañarme un tiempo incluso estuvo llevándome a la universidad, pensé durante un poco tiempo que..., —unas lágrimas salían de los verdes lagos de la pecosa, —en esa época, el me dijo que nuestro destino no era el ser pareja, que el siempre me querría mucho, pero de otra manera, él se fue al día siguiente a continuar sus estudios.

—fue cuando te deprimiste más, ¿fue por eso?, —pregunto Albert, el suponía que algo había sucedido, pero no sabia hasta que punto su hermana sufrió.

—no fue solo eso, supongo que se debió a la suma de todo, papá era mi sostén, mi héroe, perderlo fue muy difícil para mí, luego lo de Anthony, yo lo sabía, mi corazón me lo decía, pero escucharlo fue como el peso de la realidad de un solo.

—fue cuando volviste a Lakewood, para ayudar en el hogar de Pony, ¿no es así?, —pregunto Archie esta vez.

—sí, estar allí fue como renovarme, ya después continué mis estudios y me uní a la fundación de manos de ayuda, en la que estuve brindando mis servicios en zonas realmente necesitadas, viajando constantemente, a los lugares dentro del país en que se me necesitara.

—recuerdo esa época, costaba que nos respondieras los mensajes, apenas te vimos unas cuantas veces en las fechas especiales, —dijo Annie con un rastro de tristeza.

—discúlpenme por alejarme así, pero me necesitaban y en ese momento era lo que debía hacer. El caso es que en uno de esos mientras atendía en emergencia en un humilde dispensario en las afueras de Seattle, llego una joven muy grave con muchos golpes, de inmediato la reconocí, era Nancy, una empleada de los Leagan, pero lo que más me sorprendió era que según su identificación, ella en ese momento se llamaba Nancy Brown, pero todo eso careció importancia, al darme cuenta de que estaba muy delicada con amenaza de morir.

—¿Cómo es eso posible?, —pregunto angustiada la tía Elroy.

—Anthony se enamoro de ella, pero Nancy no se sentía a su altura y siempre rechazaba sus intentos de cortejarla, hasta una noche en la que se quedo a dormir en casa de los Leagan, Eliza trato de drogarlo para meterse a su cama, pero Nancy logro evitarlo, cosa que enfureció a Eliza, quien la encerró en el sótano para que Neal la castigara, Anthony llego a tiempo para evitar que... ella estaba golpeada, casi inconsciente, con una peluca rubia, como queriendo hacerla parecerse a mí.

Escogiendo a PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora