-𝙉𝙖𝙧𝙪𝙩𝙤 𝙁𝙖𝙣𝙛𝙞𝙘
En el susurrar de las horas, el té se enfría como un eco melancólico de días que ya no pueden ser recuperados.
Cada sorbo, una promesa que se desvanece, dejando la amarga sensación de haber dejado escapar momentos que aho...
En las manos del destino, algunos nacen con alas fuertes pero en tierras que no conocen el vuelo.
Eso puede llegar a ser bastante injusto, ¿Verdad?
El saber que cierta persona cuente con un gran talento y que apesar de ello por alguna razón prefiera no desarrollarlo.
Varias personas personas pensaban eso mismo de la hija menor de la familia Akina, una pequeña niña de ascendencia fuerte y prodigiosa en el arte Shinobi por parte de su madre, más totalmente desperdiciada desde que los padres de la pequeña ni siquiera decidieron mandarla a la academia para que tuviera su formación Shinobi.
¿Por qué habían tomado esa decisión cuando la madre de la pequeña era prácticamente descendiente de una de las figuras más importantes para la aldea?
Nunca dieron una explicación al público, mejor dicho, la madre no vió razón para hacerlo. Era su vida y la de su familia la que estaba en juego.
Ya sabrían ellos sí querían o no arriesgarse para servir a su aldea.
Por el momento estaban totalmente bien así, pues si bien la ascendencia de parte de la madre de familia tenía un rol importante en la aldea desde su formación, el padre de la familia Akina también se encargaba de manejar la profesión del negocio familiar tan antiguo como la aldea misma.
No era algo tan importante como ser la principal defensa en la aldea, pero les iba bastante bien atendiendo el negocio familiar en especial porqué no había otra familia en la aldea de la hoja que cocinará mejores postres que los Akina.
Éstos tenían un negocio ya bastante antiguo el cual ya se encontraba al mando de la tercera generación en la familia Akina bajo el liderazgo de el actual dueño, Akina Renzo y su esposa Yumeko.
Puede que para muchos el pequeño y algo viejo local no significará la gran cosa, pero la pequeña niña de la familia el negocio de su padre era su día entero.
—Papá no puedo hacerlo bien— exclamó con frustración la pequeña.
Llevaba demasiado tiempo intentando preparar aquella pequeña cantidad dangos sin éxito alguno.
El adulto soltó una pequeña risa burlona, cosa que hizo que la pequeña solamente soltara un "hmn" e hiciera una mueca mientras observaba como su padre le daba forma a los dangos de manera que parecía que era lo más fácil del mundo.
