La Ruta 60

1- El pasado.

1960

Como he mencionado anteriormente, a las historias es necesario contarlas desde el inicio, desde donde todo comenzó. Lamento tener que advertirle a quien sea que quiera leer esto, que los hechos mencionados a continuación son la clave muestra de la maldad de la humanidad. Se recomienda discreción y se ruega empatía para con Valerie Stevens, aquella chica, que no conoció más que la oscuridad en su máximo esplendor.

Era tarde, aproximadamente las 23hs, cuando Valerie salía de trabajar en aquella lúgubre cafetería. Las gotas de lluvia empapaban su negro cabello y ocasionaban que sintiera un escalofrío cada que una de ellas caía en su desnudo cuello. 

Val caminaba a paso apresurado hacia su casa, donde su novio la esperaba con ansias. Él sabía lo peligroso que era que una joven tan despistada tuviera que regresar sola de trabajar a esas horas de la noche, pero no les quedaba de otra opción debido a la situación tan precaria que atravesaban. Aún así, Valerie se sentía totalmente confiada, no le tenía miedo a nada de lo que se escondía en aquella rotunda oscuridad, ella sabía que debía regresar a casa, ella NECESITABA llegar sana y salva. Por desgracia, la vida suele ser demasiado injusta con las personas equivocadas, y esa noche, Valerie tuvo la desgracia de encontrarse con las tres personas que cambiarían su vida para siempre.

Visto así, es demasiado loco pensar en cómo una simple pero a la vez perfecta casualidad puede darle vuelta el mundo a alguien, pensar en que si Valerie hubiera simplemente faltado al trabajo ese día, o hubiera decidido no hacer esas horas extras que necesitó, quizá, tal vez seguiría viva, disfrutando de una vida plena con el hombre de su vida a su lado... Pero todo esto son solo especulaciones, no debemos perdernos en el "¿Y si...?".

Cada paso que Valerie daba la acercaba más a su cálido destino. La lluvia se oía caer cada vez más fuerte a medida que ella avanzaba, tal y como si tratara de advertirle, que el camino que tomaría sólo la hundiría en una cruel nube de desprecio y soledad.

—Ey, ¿qué haces sola tan tarde, preciosa?—Aquella frase resonó en la cabeza de Val, y fue sólo ahí cuando se percató de las tres personas que interceptaban su camino. Eran hombres, de aspecto desarreglado, lucían como la clase de persona que de verdad no querrías encontrarte, y menos en medio de la oscuridad, en la calle y con lluvia.

—Yo... Estoy volviendo a casa, mi novio me espera.—Soltó ella con una delgada y temblorosa voz. No sabía qué hacer. Tenía la esperanza de que simplemente fueran unos borrachos intentando llevarse a alguien a la cama. 

Valerie al no recibir respuesta, trató de seguir de largo, sin éxito.

—¿Tan rápido te vas? Recién comenzamos.—El del medio fue quien pronunció esa frase, mientras lentamente se acercaba a ella.

Valerie intentó correr, en serio trató. Corrió y corrió, a lo sumo 10 metros, hasta que uno de ellos la interceptó, y así sin más, acabaría su vida. 

1961

—La desaparición de Valerie Stevens sigue siendo un misterio para la policía. Todo apunta a que fue víctima de una violación que acabó en homicidio. La familia agradece cualquier información que pueda ser relevante.—La reportera de la TV hablaba tan fríamente que parecía no sentir una pizca de dolor por lo sucedido.

—Apágala ya, mamá.—Se quejó Evan con cierto resentimiento, bueno, ¿podemos culparlo? No debe ser agradable que hablen en televisión repetidamente acerca de la persona que más amaste en el mundo, pero con la única intención de sumar un caso más a la lista de éxitos de la policía. Evan sostenía que nadie estaba realmente interesado en Valerie.