Narra Layla

La escuela.

Siempre había escuchado buenas historias de la escuela, Nymphadora, mi hermana, siempre me las había contado, aún así estaba nerviosa. Muy nerviosa 

-¡Ya baja, Layla!- mire la puerta cerrada de mi habitación antes de rodar los ojos. Estaba emocionada y nerviosa. Me levanté del taburete que estaba frente al espejo antes de salir de mi habitación y bajar las escaleras 

-Por fin- Dora rodó los ojos antes mi tardanza 

-Cállate. Buenos días- besé la mejilla de mi madre antes de besar la de mi padre 

-Hola, cariño- mamá me saludó amorosa 

-Hola, mamá- 

-¿Estas lista?- mire a papá mientras me sentaba en la silla 

-Sí, eso creo- 

-Mientras no repruebes esta bien- mire mal a mi hermana antes de aventarle un pedazo de pan

-¡Layla!- le sonreí inocente a mi mamá 

-Ella empezó-   

-Saben que con la comida no se juega- ambas miramos a papá, nos miramos entre si y reímos ganándonos que él no aventara un pedazo de pan 

-¡Ted!- los tres reímos bajo la mirada reprobatoria de mamá 

-Lo siento- papá tomó la mano de mamá por encima de la mesa -Tus hijas empezaron- 

-¡Oye!- Dora y yo le recriminamos, él nos sonrío 

-Bueno, es hora- mire a mamá y después a papá, él se levantó de la silla, lo abracé 

-Anda, te echare de menos- le sonreí 

-Yo no- mire mal a Dora 

-Cállate, Nymphadora- su cabello se tornó rojo en segundos 

-Sabes que detesto que me digas así- mamá la miro mal 

-Es un bonito nombre- 

-No, no lo es. Oye- la mire -, sí te extrañaré- la abracé fuertemente 

-Y yo a ti- cuando nos separamos la mire 

-Lo sé. Tienes que irte. Has amigos y su puedes...consíguete un novio- reímos mientras papá nos miraba con los ojos entre cerrados. Unos golpes en la puerta nos interrumpieron nos miramos entre si 

-Yo abro-  mamá fue a la puerta y regreso con Samuel, Samuel era mi mejor amigo muggle habíamos crecido juntos y nos teníamos mucha confianza 

-Hola- le sonreí con cariño antes de abrazarlo -¿Cuando regresas?- 

-Para navidad- me separé de él, él me dedico una sonrisa triste 

-Entiendo. ¿Nos veremos para entonces?- asentí 

-¡Claro que sí! Sin falta- Lo quería mucho, como un amigo, claro, pero lo hacía 

-Bien. Entonces, te esperaré en navidad- nos abrazamos una vez más -Oye- lo mire -Solo no me cambies ¿Quieres?- me reí y revolví su cabello 

-Jamás te cambiaría, Samuel. Y lo sabes- 

-Sí lo sé, pero vas a conocer a más niños y no vamos a estar juntos y...-

-No te cambiaría, Samuel- él me sonrió 

-Bueno, es hora, Layla- mire a mi madre antes de volverme a Samuel 

-Claro, nos vemos- él se despidió de todos antes de salir acompañado por mamá, cuando regreso me sonrió 

-¿Nos vamos?- asentí feliz -Ve tú primero- entré a la chimenea y grite a la dirección de una tienda en el callejón diagon, los demás aparecieron atrás de mi, caminamos a la estación 9  y 3/4 

Solo tú  (Neville Longbottom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora