Capítulo 1

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Corrí a través de las hojas y ramas en mi camino, sentía como perdía el aliento, mis piernas dolían y sentí que no podía avanzar más.
Abrí el arbusto frente a mi con las manos, estaba en la cima de una montaña, podía ver un pueblo a los pies de esta, seguí corriendo, caí y me levanté rápidamente sacudiendo la tierra de mi falda siendo esto último inútil al saber que mi ropa y cara estaban cubiertas de barro, estaba a punto de llegar, necesitaba llegar todo mi cuerpo dolía, mis brazos tenían rasguños por todas partes podía sentir la sangre corriendo por mis brazos, llegué a dónde comenzaba el pueblo.

—¡AYUDA!.–Grite con fuerza.–¡AYÚDENME!.–Grite con mi último aliento y me desmaye en el piso sin antes por último escuchar un –¡LLEVENLA CON LOS MADRIGAL!

Abrí lentamente mis ojos sentía mi cuerpo arder.

–Gracias a Dios que despiertas niña, toma come esto te sentirás mejor.- dijo la mujer mayor frente a mi para acto seguido meter una arepa en mi boca, la mastique con dificultad y pase el bocado, mi cuerpo empezó a sentirse mejor, mire mis brazos...ni un rasguño.

—¿Cómo?...–Alguien abrió la puerta del cuarto donde me encontraba.

—Julieta, pregunta la abuela si ya desper....–Me miro fijo aquel hombre de cabello oscuro rizado y una ruana color verde.–to...

—Acaba de despertar .–contesto aquella mujer cuyo nombre al parecer es Julieta. El hombre se giró hacia mi y extendió su mano.

—¿Puedes acompañarme?.– No contesté pero puse mi mano sobre la suya y me levanté para seguirlo. Me llevo a donde una mujer rodeada de otras personas, las cuales me miraron y por instinto apreté la mano que sostenía de aquel hombre.

—Acercate niña...– Obedecí.– ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo encontraste este lugar?

—S-señora, vengo huyendo de mi pueblo, por un matrimonio arreglado y el descontento de la gente, tuve que huir antes de que las cosas se pusieran peor.– Dije ya con lágrimas en mis ojos.– He caminado por 4 días hasta que encontré este lugar, cruzando el río y subiendo las montañas, permítanme quedarme...– Caí de rodillas.–Se lo suplico, si regreso...– La mujer me interrumpió.

—Por Dios niña, claro que puedes quedarte ven..–me levanto del suelo.– Estás a salvó tranquila... ¡Pepa!.– Una mujer de pelo cobrizo se acercó.– Llévala a darse un baño y traele algo de ropa.

La mujer intento acercarse a mi y por instinto me aleje tomando el brazo del hombre que me había traído aquí, sentí como se tensaba a mi agarre.

—Tranquila niña, que no le haré nada.– No me atrevía a soltar al hombre a mi lado, le mire con súplica hasta que por fin hablo.

—Ve con ella, estarás bien.– Dijo mientras tomaba mi mano tratando de quitarlas de su brazo; me acerque a la mujer y la seguí tímidamente.– ¿Cómo se llama presiosa?

—Soy ____...– Ella me sonrió.

—¿Y porqué huyes?.– abrió una puerta la cual sospecho que era el baño ella entro y seguida por mi cerró la puerta.

— En..en mi pueblo, los hombres solteros pidieron mi mano, eso no parecía gustarle a todas las familias, menos a las que tenían hijas jóvenes las cuales estaban en edad casamentera... Por lo que se, me hizo una propuesta, un matrimonio arreglado y muchas familias del pueblo no estaban contentas, los hombres..todos ellos pelearon día y noche.. todo se salió de control cuando hombres casados pidieron mi mano también..

— Oh mi cielo eso es horrible.

— Irrumpieron en mi casa tratando de llevarme a la fuerza, fue cuando huí...y llegué aquí...

—Descuida cariño, aquí estás a salvó, si el Encanto dejo que lo encontrarás fue por algo, nadie te hará daño aquí...– La bella mujer de nombre Pepa, me ayudó a quitar las ropas rotas y sucias que llevaba y salió del baño para dejarme a solas.

Me sumergí dentro de la bañera, pensando en las palabras que me dijo esta familia.. estoy a salvó.. Escuché unos leves golpes en la puerta y asome mi cabeza fuera de la tina.

—¿S-sí? .– Dije apenas en un murmullo, entro una chica de cabello rizo y ojos grandes al baño.

— Hola, soy Dolores, vine a dejarte esto .– Dejo ropa sobre el lavamanos.– Bienvenida y siento oír lo que te paso...– Dijo para salir del baño. Termine rápidamente el baño y me puse la ropa que la chica Dolores me trajo, salí despacito del baño y camine escaleras abajo, volví a ver al hombre de cabellos largos y negros junto a una chica de pelo rizado y lentes, cuando notaron mi presencia la chica fue corriendo a mi lo cual me asustó causando que por instinto corriera detrás de aquel hombre nuevamente.

—Oh espera, lo siento, no quise asustarte, discúlpame, trataba de presentarme, soy Mirabel un gusto.– Dijo con voz calmada

—Me llamo ____.– Dije saliendo detrás del hombre cuyo nombre aún desconocía, le mire en silencio hasta que la chica Mirabel rompió el silencio.–

—Él es mi tío Bruno.– Dijo poniendo una mano sobre mi hombro y señalando a el hombre a mi lado.

—Bruno...mucho gusto.– Dirigí mi mirada hacia la mano de Mirabel que aún estaba sobre mi hombro.

—Uy, disculpa .– Quito su mano nerviosamente.– Tengo, bueno la abuela me pidió llevarte conmigo a mi cuarto donde te quedarás...– Nuevamente dirigí mi mirada a Bruno quien solo nos miraba en silencio.

— Tienes que ir con ella .–Hablo y seguí a Maribel hasta donde me quedaría temporalmente.

—Es aquí, está será tu cama..

—Muchas gracias y disculpa la molestia.– Mire a otro lado avergonzada

—No te preocupes en la casa madrigal ayudamos a otros, ¿Cierto casita? .–Las baldosas del suelo comenzaron a moverse.

—¿Eh? .–Mire con sorpresa al suelo al ver lo que había ocurrido.

— Cierto no te hemos dicho lo que sucede aquí, ven te lo explicaré .– Sonríe y se sienta palmeando la cama a un lado suyo.— Siéntese que yo le explicó.

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El encanto madrigal [Bruno y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora