El encanto madrigal [Bruno y tu]

Capítulo 3

La mayor de los Madrigal me explico que me quedaría en la casa mientras que construían una para mí, no tomaría mucho tiempo según lo que me dijeron.

—Y otra cosa ___, se que puede llegar a tener vínculos afectivos con algún miembro de esta familia, debido a tu...condición pero te recomendaría ser un poco más precavida, no todos estamos acostumbrados al contacto físico.- Sonrió. — Pueden irse ya

 —¿A que se refería la señora Alma, Mirabel? .—Pregunté incredula, no había entendido que fue lo que trato de decir.

—Tal vez se refiere a como te aferraste al tío Bruno, ya sabes por tus secuelas y eso...

—¿Secuelas?.— No tenía el hilo de esta conversación.

—Bueno es bien sabido que después de pasar por algún evento traumático, puedes llegar a tener una secuela, a veces ocurre como aferrarte a una manta o a un peluche, incluso a una comida especifica.- La seguía mirando en silencio mientras caminábamos.— Y ya que a la primera persona que toco conscientemente después de estar a salvo fue a mi tío Bruno tal vez ahora lo sienta como...bueno ya sabe ¿agradable? .-Mirabel se encogió en hombros.- Pero es lo que dicen no me haga mucho caso, no siempre entiendo de estas cosas.—Dijo acomodando sus lentes.

—¿Tu tío Bruno? .-Dije en un murmullo.— No lo había notado, tratare de no ser tan invasiva, no sabía que eso podía llegar a ocurrir 

—Es raro que pase pero no se preocupe, que no creo que él vaya a decirle algo .—Me sonríe mientras abre la puerta de su cuarto.—Solo que bueno, mi tío es algo raro .-Susurra.— Habla con las ratas.

—¿Ratas?

—Es una larga historia .-Se escucho la puerta.

—Mirabel y señorita ya es hora de almorzar .- Se asomo un morocho de cabello rizo y ojos miel.

—Sí ya vamos.-Mirabel se dirigió a la puerta y salió, yo fui detrás de ella. 

—¿Uste' es la famosa mujer que cayo de las montañas? .-Me encogí en hombros avergonzada, ante la pregunta del chico.-

—S-sí, digamos que si 

—Pues bienvenida al Encanto .-Tomó mi mano y le dio un beso, por inercia aparte mi mano bruscamente.

—No, no, Camilo no la toques, no ves que acaba de pasar por algo delicado.— Le regañó Mirabel, haciendo un gesto de enfado.

—No, esta bien Mirabel, lo siento Camilo no quería verme grosera.

—Descuide, que a una mujer tan hermosa como uste' se le perdona todo.— Mire a otro lado para no tener que seguir esta conversación, avanzamos en silencio hasta lo que era el patio trasero, donde había una mesa y algunos platos.

—¿Crees que pueda ayudarle a tu madre con algo? .-Pregunté.- No me gustaría estar aquí sin hacer nada...

—Oh no te preocupes eres nuestra invitada no es necesario que haga algo .— Dijo la mujer que llegaba a mi lado.

—¿Esta segura? .—Le respondí a Julieta.— No me molesta para nada ayudar 

—Descuida, de todas formas ya esta todo listo no tienes que hacer algo, aunque si tanto quiere ayudar, puede poner la mesa es algo que todos hacen .-Sonreí y le seguí a la cocina para ir por platos.

—Se que no llevas ni el día, pero dígame .-La mire.- ¿Se siente bien? 

—Todos han sido muy amables, les agradezco mucho .-Dije siguiéndola a fuera.

—Es lo que hace la familia Madrigal, no tienes que agradecer .- Le sonreí y comencé a poner la mesa, note como cada plato que iba poniendo tenía nombres grabados, no sabía donde poner cada plato asi que solo hice lo que pude y los coloque cuidadosamente donde pensé que irían, espero y me perdonen si están mal.

Uno a uno empezaron a llegar y se fueron sentando ninguno dijo nada acerca de la distribución de los platos, quede de pie esperando algún lugar disponible, la señora Alma me señalo una silla a su lado y me senté pero en cuanto tome asiento mi silla se movió al otro lado de la mesa quedando entre Luisa y Bruno, mire a la señora Alma y ella solo sonrió.

—Hola..- Escuche a un lado mío y al mirar estaba aquel hombre de nombre Bruno.

—Hola..-Le sonreí y volví a mirar al frente.-

—Lamento, haber actuado raro antes.-Le volví a mirar y pude ver más de cerca cada facción de su cara, tu tez morena, sus ojos café, su cabello rizado y largo y su barba corta que rodeaba su boca, había algo en él que no podía dejar de mirar.— ¿Señorita? 

—Descuida, no pasa nada, no me molesta ni nada .-Le dije mirando a otra dirección. — No me conoces, es normal que te sientas incomodo conmigo 

—No, no es eso...es que.— La señora Madrigal interrumpió haciendo un llamado.

—Se que todos están emocionados con la llegada de nuestra invitada.— Dijo mirando al hombre a mi lado.— Pero les recuerdo que tenemos cosas por discutir como por ejemplo la futura boda de Dolores y Mariano.

—La idea que tengo de la boda es sencilla abuela, no quiero algo muy exagerado.— Dolores dijo mirando a todos.— Pero...quiero que sea perfecta uhm.

— Bien, recuerden que les asignaremos algunas cosas para agilizar el proceso, como siempre Isabela y Camilo harán los arreglos de la fiesta, Mirabel podrías encargarte de hacer el pedido del vestido de Dolores? —Maribel asintió sonriendo sin decir alguna palabra.— Luisa recuerda tener listo el arrollo para que no sucedan accidentes de desbordamiento para ese mes.—Luisa asintió.— Y Julieta recuerda que el banquete debe ser suficiente al menos para la mesa principal y...—Deje de prestar atención a todo lo que hablaba la mayor de los Madrigal, comencé a preguntarme si ellos que ayudan al pueblo son tan queridos cuando tienen problemas los demás los ayudan sin chistar, esta comunidad es muy unida, no como... bueno mi pueblo o al menos la gente que lo habitaba. 

—¿___? —Me pregunto que hubiese ocurrido si de donde vengo la gente fuese asi de buena, tal vez nunca me habría vuelto envuelta en una horrible pelea del pueblo.

—Señorita...—Bruno me movió suavemente tocando mi hombro, salí de mi trance lo mire y el hizo un gesto con los ojos apuntando con ellos a Alma.

—¿S-sí? —Le conteste esperando no estar en problemas.

—Dije que si te molestaría ir con Bruno y Mirabel para conseguir la tela del vestido.— Mire a Mirabel que asentía mientras levantaba los pulgares.

—Eh...si, claro me gustaría ayudar.— Sonreí tímidamente y mire en dirección a Bruno quien solo evito mi mirada. 

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