✿ - Mil noches

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25/06/1938
(Años después)

- ¿Has terminado, Dedrick? - golpeó la mesa con un pequeño bote de pintura fresca aquella señora.

- No, mamá me falta reescribir todo el papeleo. - Suspiró sin separar su vista de los papeles.

- Pues apúrate, haces que pierda mi tiempo. - Se dió la vuelta mirando todo el escritorio del chico, al momento vio un dibujo entre aquellos papeles que estaba haciendo. Se acercó sacando aquel dibujo, era un dibujo de aquel azabache, estaba bien hecho y definido.

- Dámelo, por favor... - Se levantó de la silla extendiendo su mano la cual estaba casi temblando.

- ¿Por qué te lo daría? Solo es una perdida de tiempo. - Tomo entre sus manos el dibujo partiendolo a la mitad, posteriormente lo volvió a romper y lo siguió haciendo hasta que estaba hecho pedazos. Se acercó al rubio y lo tiró en su cara con una risa burlona. - Deja de perder el tiempo de esta manera, ¿Ok?

- Él chico quedó en shock solamente viendo el como rompía aquel dibujo que hizo con tanto esfuerzo, el único dibujo que hacía que no olvidará el rostro del azabache. - ¡¿Qué mierda te pasa?! - gritó aturdiendo a la mayor, tomó los pedazos de aquel dibujo y salió del despacho sin decir alguna palabra.

- Después de haber salido de aquel lugar camino sin rumbo alguno hasta llegar a un pequeño parque, se sentó en una banca que estaba ahí, la única banca que había y por primera vez después de muchos años comenzó a llorar, lloraba intentando arreglar el dibujo, intentando pegarlo con algo de adhesivo, sus manos temblaban demasiado y a simple vista estaba muy desesperado, pareciera que nadie podría calmarlo hasta que sintió un pequeño golpe en su hombro, haciéndolo voltear.

- "¿Dedrick?" - Tocó el hombro del rubio.

- Quedó en shock al mirar al chico que había dejado de ver hace más de un año. - ¿Hans..?

- DEDRICK, ¿Puedo sentarme? - sonrió mirando al rubio.

- Claro, claro - se hizo a un lado dejándole espació al menor.

- Gracias, dime ¿Que has hecho estos años? - tomó asiento a un lado del ahora castaño y lo miro felizmente, observó ligeramente lo que tenía escondiendo. - ¿Qué es eso?

- Bueno, realmente no he hecho nada ¿Y tú? - Suspiro evitando la última pregunta.

- Igual, no he hecho la gran cosa, pero dime ¿Que tienes ahí? - Realmente el azabache desprendía alegría al verlo finalmente, era como sí jamás hubieran pasado los años.

- Es un dibujo, pero mi madre lo rompió. - arrugó el dibujo evitando las ganas de llorar nuevamente.

- oh, déjame intentar ayudarte. - tomó aquellos pedazos del dibujo reconstruyendolo, al ver que era él mismo se quedó sorprendido comenzando a sentir sus mejillas arder levemente. - Es un dibujo muy bonito, ¿Lo hiciste tú?

- Sí... Hans en verdad lamento lo que paso esa vez, no fuí yo, sabes que amo todo de ti sin importar nada, ni tu religión es importante, para nada, ¿Me perdonas? en verdad no estoy para nada bien desde aquel día, y se que estoy mal al decirlo así, pero en verdad he querido buscarte pero hay tantas cosas que no me han dejado hacerlo, por favor, por favor perdóname... - Mordió su propio labio inferior al mismo tiempo que tronaba sus dedos.

- Dedrick, sé que no eras tú en ese momento, pero en verdad me dolió mucho lo que dijiste, quizá en algún momento te perdone por completo, pero no te preocupes más por ello. - Terminó de pegar aquel dibujo y se lo entrego. - Toma, es muy bonito realmente. - Se levantó mirando al castaño con una linda sonrisa.

- Gracias... - Miro al azabache poniéndose de pie, de igual manera tomó el dibujo mirándolo sin poder evitar sonreír al ver al pequeño del dibujo, no era nada parecido al chico que tenía enfrente.

- Dedrick... - abrazó al chico sin pensarlo dos veces, verlo lo hizo sentir que aquel vacío que tuvo se llenaba, era tan feliz a su lado.

- Hans... - Correspondió el abrazo sin pensarlo dos veces, no pudo evitar llorar, era como regresar al tiempo en el que ambos solo reían y se tenían el uno al otro.

"· Pasaron mil noches, mil lunas...
pero en ninguna deje de pensar en ti y en tus
lindos ojos tan brillantes como la luz
de la luna. ·"

𝘎𝘶𝘦𝘳𝘳𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora