Un sueño menos

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Había acabado la carrera de repostería hacía ya un tiempo, había estado trabajando todos los días por la mañana, tarde y noche, ya fuera festivo o no, para así poder lograr cumplir el sueño de mi padre y mío, abrir nuestra propia pastelería, un rincón en el que la gente se pudiera reunir, donde las familias pudieran pasarlo bien y un sitio donde pudiesen quedar las parejas, un lugar de ensueño donde las personas volvieran sin darse cuenta y que esto se volviera algo rutinario, aunque ahora, por desgracias ya solo quedábamos mi madre y yo.

Lo de cocinar viene de familia, mi padre me enseño a mi, su padre a el y mi bisabuelo a mi abuelo. Lo mejor que les salía eran los dulces y los postres, estaban, para chuparse los dedos, mi recuerdo favorito es de cuando yo era pequeña, en la cocina con mi padre y mi abuelo cocinando y preparando el mejor  pastel que nunca había probado, el que desde ese momento se convirtió en mi favorito, la receta de este pastel, ha ido pasando de generación en generación, convirtiéndose así en la famosa receta de la familia, una tarta de fresas con relleno y esto pasa cuando la siguiente generación cumple los veinte, en este momento los padres enseñan la receta a sus hijos o hijas, me acuerdo que la primera vez que la hice, aun era pequeña y no conocía la receta, yo era la pinche, la que mezclaba o la que probaba la comida para ver si estaba buena, fue en un día de campo donde nos reunimos la familia para celebrar la primavera, que estábamos juntos y que éramos felices, en el jardín de la casa había un tobogán y unos columpios donde me pasaba todo el día y para que me fuera a dormir tenían que venir a cogerme en brazos y llevarme a la cama, era una de las cosas mas graciosas que pasaba durante esas vacaciones y de los momentos más inolvidables.

Estuve un tiempo buscando locales donde poner mi tienda, hasta que al fin encontré el indicado, estaba situada en una calle por donde pasaban muchas personas, era como un cuento de hadas, la fachada estaba hecha de rocas, con dos ventanas y la puerta de cristal con los bordes plateados, el interior era acogedor, el espacio justo para un mostrador y las estanterías donde irían los postres, al lado derecho había una puerta doble donde abría camino a una gran cocina, tan grande que podías dividirla en distintos apartados y dedicarlos a cosas en concreto como por ejemplo:

Para hacer galletas, para tener todo el material allí guardado, para hacer pasteles y decorarlos sin tener que preocuparme por no tener espació para hacer otras cosas.

Pero eso, no era lo mejor, sino que una de las puertas de detrás, te llevaba a unas escaleras que te subían al segundo piso, el cual incluía un comedor, la cocina, un baño y dos habitaciones, lo justo para una persona. Lo tenia todo, lo único que me quedaba era firmar el contrato y hacer el pago, así el piso y el local serian todo de mi propiedad y nada me haría más feliz que conseguirlo.

Aun tenia algunos contactos con antiguos compañeros del curso, ellos sabían lo que quería hacer, así que les comente que ya había empezado y los invite a que me visitaran, el objetivo principal de invitarlos fue para ofrecerles un puesto de trabajo, tardaría un tiempo en acostumbrarme a decir "mi pastelería" se me hace raro y a la vez esto me recuerda que tendré que pensar un nombre para la pastelería y si soy sincera es algo en lo que no había caído.

Os voy a contar como empezó esta aventura, como conocí aquellos que se volvieron importantes y parte de mi vida y de todas las cosas por las que tuvimos que pasar.

Así que si os apetece saberlo, os invito a quedaros y descubrir como fue....




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⏰ Última actualización: Sep 05, 2023 ⏰

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La pastelería de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora