CAPITULO 1: LA NOTICIA

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- ¡¿Un compromiso?! ¡Están locos! Me niego rotundamente

- Ay hermosa, no es una pregunta, es un aviso, te vas a casar con él

Me quedé en silencio por unos minutos totalmente pasmada, la noticia había sido de un momento a otro

- No puedes estar hablando en serio. Mamá, Papá digan algo

- Princesa ¿Qué quieres que digamos? las cosas son así, te tienes que casar con ese chico

- Hazle caso a tu madre Colette, ya se tomó la decisión

- Ustedes son mis padres, deberían defenderme, no puedo creer que me estén haciendo esto

- No hagas un drama innecesario, es solo un compromiso, no el fin del mundo

Miré furiosa a mi abuela, sus ojos grises me miraban fijamente, se acercó acariciando mi cabello con sus rugosos dedos 

- Este matrimonio se debe llevar a cabo por el bien de la familia, nuestro hermoso retoño algún día será la cabeza de familia, por lo tanto debes casarte con alguien de tu mismo nivel ¿Comprendes?

- Comprendo... que tengo una familia a la que le importa un carajo mi opinión

- Colette, más respeto hacía tu abuela

- Al demonio con eso, si a ustedes no les importa mi opinión, a mi tampoco me importa respetarlos

- ¡Colette! Discúlpate ya mismo

Los intimidantes ojos de mi padre se clavaron en mí como flechas en llamas

- Lo siento

Cerré mis ojos por unos segundos para calmarme, sin decir nada me retiré del comedor ignorando la voz enojada de mi padre, salí de mi casa rápidamente pidiendo el taxi lo más pronto posible, le hice detener en una gasolinera a unas cuantas cuadras, saqué mi celular y marqué una llamada 

- Hola pequeño demonio ¿Qué travesura haremos esta vez?

Daniel era mi mejor amigo desde que tenía memoria, el me conocía mejor que nadie y era en la única persona en la que podría confiar ciegamente, entré a la cafetería del lugar y me senté en una de las mesas

- Dani, te necesito ¿Puedes venir...?

- ¿Estás bien? ¿Pasó algo?

- Necesito hablar con alguien, estoy en la gasolinera cerca de la autopista

Mi voz se quebró un poco mientras hablaba

- ¿Estas llorando? Voy enseguida, no te muevas ni un centímetro

Colgué y a los pocos minutos pude verlo llegando en su moto a toda velocidad, se quitó el casco, su pelo rojizo estaba despelucado y el sol hacía resaltar sus ojos azul claro, bajó de la moto sin decir nada abrazándome con fuerza, era como si no necesitara hablar, el sabía exactamente lo que necesitaba

- Dime mi niña ¿A quién tengo que matar?

- Gracias por venir

Sujetó mi mano con suavidad y me guió a la salida subiéndome a su moto, era grande y roja, me puso el casco que normalmente usaba cuándo salía con él, lo abracé con fuerza desde atrás 

- Vayamos a un mejor lugar para hablar

Me acomodé sujetándome de su camisa, cerré mis ojos mientras el viento chocaba en mi rostro, se sentía realmente bien, pude relajarme e inclusive casi dormirme, nos detuvimos en nuestro lugar de comida favorita, ubicado en la salida de la ciudad al frente de un gran barranco donde se podía apreciar todo el paisaje, la carretera, las montañas y casas, el lugar estaba empezando a llenarse de gente, en los últimos años había estado tomando fama, sus comidas eran realmente buenas y de gran calidad 

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