Capitulo Único

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— ¿Lo tienen? — La voz filosa de Min Yoongi salió con un ligero desespero, esa ronquez y sus duros rasgos bien marcados conforme bajaba tranquilamente del auto tratando de ocultar sus ansias.

— Lo tenemos. — Contestó uno de sus hombres, haciendo un ademán con su cabeza y sin perder su rígida postura.

— ¿Puso resistencia? — Min se relamió ansioso, la fina humedad siendo depositada en sus labios ligeramente entreabiertos, su pulso lo sentía feroz en su su pecho. — ¿Ha hecho preguntas?

— Ninguna. — Dijo otro carente de cabellera, únicamente carraspeando. — Creo que se lo esperaba; lo primero que hizo al pillarnos y cuando bajamos, fue revisar nuestra muñeca.


[•]

Yoongi observó el enorme edificio y observó detrás suyo a su chófer y los demás guardaespaldas que se mantenían quietos ante la presencia del gran jefe.

Intimidados sin duda, aunque para su buena suerte, Yoongi solo hizo una seña para que se quedaran allí y ajustándose el chaleco del traje oscuro, avanzó arremangando lentamente sus mangas al interior. Cruzó las oficinas sin observar a nadie y sólo recibiendo inclinaciones, olfateando de forma sutil su muñeca aún impregnada de su varonil loción, sonriendo al captarlo.

Tomó los elevadores y pulsó el último piso, esperando en silencio en el diminuto espacio completamente ansioso. Ya solo, se dedicó a juguetear con sus muñecas, sus pies, saliendo veloz del lugar e introduciendo nervioso y ansioso la llave en la cerradura de la puerta. Abrió de golpe y trató de calmarse, tamborileando sus dedos por las superficies de las paredes y cerrando en silencio. Se encaminó hacia su habitación y abrió con lentitud, observando el precioso regalo sobre su cama.

Park Jimin.

El popular y exquisito actor porno coreano que estaba en su cama, sin nada de ropa y solo unas esposas detrás de sus muñecas que lo mantenían quieto. Para sorpresa de Yoongi, estaba cómodamente en la cama y apenas prendió la luz, pudo observar que el chico de cabello platinado ya lo observaba en silencio.

— Qué sorpresa. — Yoongi intentó mostrarse neutro ante tal magnificencia que tenía en cama, viendo los oscuros ojos de Jimin que se desplazaban siguiéndolo con la mirada. — Creí que intentarías huir.

— No hubiese sido inteligente. Tampoco es que no sepa con quién estoy tratando. — Habló en calma Jimin observando su desnudez. — Y juzgando por la situación, me imagino que sería torpe intentar huir.

Yoongi avanzó silencioso hasta su pequeña mesa, sacando de allí el whisky que se sirvió en un snifter y se llevó a los labios. Dio un pequeño trago sonriendo más seco, el licor pasando cálido por su garganta y acercándose más al chico para admirarlo de cerca. Y joder... sin duda no se comparaba a nada tener al chico más deseado de corea y probablemente del mundo entero cara a cara, a través de una pantalla.

— No pareces asustado. — Se burló Yoongi.

— Supongo que lo estaré cuando llegue tu jefe. — Contestó Jimin en un tono aún neutral viéndolo con cierto desinterés a los ojos.

«¿Jefe?»

Yoongi se incorporó burlesco, soltando una enorme carcajada que hizo se llevara un dedo a la boca para morderlo. Jimin observaba el ataque de risa ajeno, pero los nervios se acumularon en su cuerpo, más no osó preguntar la gracia. Yoongi tomó nuevamente su snifter y le dio todo un trago para acabarlo.

𝐊𝐢𝐝𝐧𝐚𝐩𝐩𝐞𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora