«La muerte no puede acabar con el amor verdadero. sólo lo retrasa un poco.»
Soobin está muy confundido sobre su vida, no se siente como si fuera suya, aún si su madre se lo confirme. Pero todo cambia cuando conoce a Yeonjun... el chico de lentes eno...
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PÍDELE QUE VUELVA
YEONBIN
Los días pasaban y yo... yo solo estaba más enamorado de Yeonjun, y el saber que era mutuo solo hacía querer explotar a mi pobre corazón. Mi madre, en cambio, era cada vez más insistente en que saliera con mis amigos, le molestaba el hecho de que siempre estuviera en casa, desconociendo que sí tenía compañía, y era Yeonjun.
Al despertar una mañana y mirar el calendario, me di cuenta que correspondía al último día del mes, eso significaba que Kai aparecería de nuevo. Ese día Arin me llamó, insistió, casi rogó porque saliéramos. Me sentí mal a pesar de que no la soportaba, pero no quería seguir en aquello que llamábamos "relación". Le confesé que ya no quería seguir siendo su novio, ella me llamó cobarde y después de unos largos minutos de insultos colgó.
Necesitaba despejarme, sabía que era lo mejor para ambos y en especial para mí. Hoy había quedado en la tarde con Yeonjun, en mi casa como de costumbre. Como mi madre había salido de fin de semana a un spa con sus amigas, yo había decido invitarlo a dormir, él aceptó encantado.
Preparé de todo, comida, algo de botanas y compré un par de bebidas, y sobre todo lo más importante, un montón de documentales que encontré que me parecieron interesantes, solo para no terminar viendo uno aburrido a elección de Yeonjun. Había dejado todo listo para cuando él llegara, pasar una bonita tarde y terminar en la cama.
Mientras terminaba de preparar los últimos detalles en mi habitación, el timbre de la puerta sonó, miré asustado mi reloj, pensando en que tal vez Yeonjun había llegado mucho más antes de lo previsto. Eran las tres con quince y nosotros habíamos quedado a las cinco.
Bajé corriendo las escaleras y abrí la puerta emocionado, no era Yeonjun, sino Kai. Él notó mi desilusión al verlo.
-He notado que no está el coche de tu madre, por eso me he atrevido a tocar el timbre - Dijo muy bajo. Él siempre llevaba esa actitud, muy callado, muy tímido, como si estuviera haciendo algo malo.
-Sí... no está mi madre, no te esperaba aquí, pero pasa - Me moví haciéndole espacio para que él pasara. Entró y miró todo el lugar.
-Veo que esperas a alguien - Dijo al notar todos los preparativos que había dejado sobre la mesa. Empezando por unas velas y una botella de jugo de manzana espumoso –. No te quitaré mucho tiempo.
-Sí... espero a...- tenía ganas de decirlo, necesitaba decirlo, él era prácticamente un desconocido, así que no había problema en que se enterara –. Espero a mi novio - Me miró impresionado, demasiado, se recargó contra la pared y pude notar cómo le costaba trabajo respirar -. ¿Estás bien?- me acerqué hasta él y traté de ayudarlo.
