Ya había pasado un tiempo desde que Jisung había puesto un pie en ese hospital.No era un lugar que le brindara emoción alguna, más bien era un lugar sombrío del cual solo quería escapar. Pero lo quisiera o no, estaba obligado a ir; sus padres le hablaron de sesiones de terapia grupales que afirmaban que iban a brindarle la ayuda que necesitaba.
Pero el sabía que eso no sucedería, solo era una excusa para que su padre lo tuviera vigilado en los tiempos que nadie podía cuidarlo en casa.
Ni siquiera se esforzó demasiado en buscar el cuarto al que debía ir; solo se enfocaba en la gente que iba de aquí por allá y en las expresiones de sus rostros. Algunos lloraban, otros sonreían, y, para su sorpresa, también estaban los que no tenían expresión alguna; esos eran los que más curiosidad le causaban, quizás eran como él.
En algún momento de su caminata, terminó recorriendo un largo pasillo luminoso con demasiadas puertas, la mayor parte de estas se encontraban decoradas, así que supuso que había llegado a la parte de pediatría.
Dejó escapar un pesado suspiro y se dispuso a caminar por las blancas paredes en línea recta sin querer observar en esas habitaciones, en el final yacía un cartel de "Terapia para adolescentes: todo tiene una mejora al final del día". Wow, qué palabras más tranquilizadoras, si realmente supieran lo que abarcaba su "todo", ese cartel sería quitado.
Miraba sus pies mientras caminaba, pensando en qué excusa podría darles a esas personas para salir lo más rápido de ese estúpido lugar. Ni siquiera se dio cuenta cuando chocó con alguien un poco más bajo y flacucho que él; levantó su mirada durante unos instantes y tal vez y sólo tal vez, le agradeció a sus padres por hacerle ir a ese lugar.
El castañito continuaba en el suelo, mirándole como si estuviera esperando a que lo levantaran. Se encontraba conectado a lo que parecía ser un suero y una sonda alimentaria se encontraba saliendo de su nariz, supuso que ya se encontraba hace un tiempo ahí.
Al ver que no se movía de su lugar; se colocó de cuclillas y le extendió una mano para ayudarle a levantarse. Le miró a los ojos unos segundos y murmuró un bajo lo siento antes de seguir su camino.
No aguardó por una respuesta, no la quería.
Llegó hasta esa puerta que tanto deseaba que desapareciera y quedó estático en su lugar.
¿Realmente quiero hacer esto?
Sus ojos, desinteresados, divagaban por los chicos que se encontraba sentados en una pequeña ronda.
No, realmente no quiero.
Se quedó estático en su lugar, a pesar de no querer estar ahí, sus pies parecían no querer llevarlo hacia otro destino.
Nadie parecía notarlo, la gente pasaba por detrás de Jisung, recorriendo su camino por ese largo pasillo. Podía escuchar las risas de algunos niños, como también los llantos de otros.
Se mantuvo de pie, se sentía agobiado, pesado y nadie parecía notarlo.
Quería salir corriendo.
Una de sus manos se cerró, presionando las uñas en su palma y pudo sentir perfectamente cómo su piel se abría lentamente ante la fuerza.
¿Qué estoy haciendo?
Ese pensamiento le torturaba.
¿Por qué estoy aquí?
Otra persona se aproximó hasta su dirección, al principio creyó que solo lo ignoraría, pero su paso se aceleró y terminó a su lado. Repentinamente, una mano tomó la suya y con una suave fuerza hizo que sus dedos aflojaran el agarre.
Sintió cómo su espacio personal fue invadido, e involuntariamente se alejó unos pasos.
— Oh, entonces si eres capaz de moverte. Creí que estabas muerto o algo.— Él sonrió en dirección a Jisung, unos ojos café que le seguían causando emociones raras. Era la misma persona con la que se había cruzado en el pasillo, quizás se quedó ahí analizando sus movimientos, quizás era alarmante ver a alguien en ese estado.
— ¿Quieres entrar o algo? Puedo moverme si es necesario.— Jisung habló de forma baja, por parte se sentía avergonzado.
— No, lo último que necesito hoy es entrar a esa habitación nuevamente.— Soltó la mano que tenía apresada y volvió a colocar su brazo a su lado.— ¿Por qué dejaste de moverte tan de repente? ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a una enfermera? —
Por favor, haz silencio y no llames a nadie.
— Me encuentro bien, únicamente estaba observando y pensando.— Jisung acomodó su ropa desaliñada.
— ¿Pensando en qué?
Cuántas preguntas, ¿acaso mis padres lo enviaron a vigilarme?
— En este hospital, y que ya no quiero volver a poner un solo pie aquí nuevamente.
Empezó a caminar por donde había venido, deseando no cruzarse a ningún conocido. Para su sorpresa, el más bajo le siguió el paso.
— ¿Estabas enfermo? ¿Ya te dieron el alta?
Jisung frenó en su lugar, causando que el desconocido chocara contra su espalda.— No, pero este lugar me hace sentir enfermo, encerrado y muerto.— Su respuesta fue tajante, pero el humor del ajeno no cambió para nada.
— Yo también me siento igual por este lugar, a decir verdad.— Dejó escapar una risita.— Entiendo, supongo que te irás pronto entonces.
Jisung asintió, retomando con su caminata, no tenía ninguna intención de seguir ahí, ya buscaría la forma de mentirle a sus padres. Quizás les diría que la sesión del día fue genial y pudo congeniar con los muchachos del lugar.— Adiós, buena charla.—
— ¡Hey, espera!
Jisung volteó su rostro momentáneamente, cruzando miradas con el chico.
— ¿Cuál es tu nombre?
¿Por qué quería saber su nombre? No volverían a verse así que era innecesario. Quizás necesitaba confirmar que era el para decirle a sus padres, no tenía pensado arriesgarse a tener vigilancia nuevamente.
— Dudo mucho que necesites saberlo.
El castaño se veía sorprendido por sus palabras, pero aún así le brindó una sonrisa pequeña.— Bueno, yo soy ChenLe, no vayas a decirlo mal.
Jisung le dirigió una curiosa mirada a ChenLe, asintió en silencio y continuó con su camino hasta salir del hospital.
¿Qué acaba de suceder con ese chico?
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𝐖𝐄 𝐋𝐎𝐒𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑. | 𝐂𝐇𝐄𝐍𝐒𝐔𝐍𝐆.
RomanceDicen que el primer amor es inolvidable y deja una gran marca en quienes lo vivan; claramente Jisung no creía en esas palabras de cuentos de hadas, ¿cómo alguien podría sentirse tan bien solo por ser amado? ¿Acaso existían esas cosas? Hasta que en...