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JAY

5:16pm "Ojos dormidos."

Sentía su cuerpo vibrar brevemente cuando las rocas rozaban con las llantas del automóvil, la brisa golpear con torpeza el cristal, la ligereza de las gotas resbalar por las ventanas y el bullicio de la ciudad a lo lejos, seguramente Maru traía la ventana del auto semiabierta, también lo había notado por las leves pringas de agua rozar su mejilla cuando el aire las atraía directo a su rostro. Quisiera mirar toda esa perspectiva, desde todos los ángulos posibles, su mente se había convertido en un procesador de imágenes bastante claro, había estado practicando, se ponía cada vez más ansioso por recordar el sonido, el nombre, la voz de las personas que pasaban por sus días, para después llegar a casa e imaginar un panorama a color más allá del negro abismo que sus ojos capturaban con claridad.

El auto se detuvo, contó casi con seguridad la cantidad de vueltas y cuadras que habían pasado desde el estudio, olía demasiado a mariscos y se escuchaba de cerca música de hip hop, estaban frente una tienda minorista, ¿Maru hará alguna compra?

—Vuelvo enseguida.

— ¿Comprarás un cd?

Preguntó rápidamente y trató de encontrar la sombra de su cuerpo para mirarle a la cara.

— Haz contado las cuadras de nuevo...— Lo escuchó decir, Maru recargó sus brazos en el marco de la ventana del coche. — Es el cumpleaños de mi hermana, ha querido ese albúm desde hace mucho. Adivinó, ¿quiere acompañarme?

Jay negó sonriendo, no quería ser un estorbo para ese momento tan íntimo en el que Maru le compraría un obsequio a su hermana.

— ¿Puedes dejar la ventana abajo?

— No puedo hacer eso...

 Interrumpió rápidamente. — No me moveré de aquí, solo quiero un poco de aire fresco.

Esos segundos de silencio indicaban que Maru se la estaba pensando, al final lo escuchó suspirar.

La ventana había bajado unos diez centímetros de manera automática, Jay sonrió.

— Vuelvo enseguida...no se mueva de aquí.

Jay asintió con seguridad, Maru había cuidado de él desde antes de que empezara con sus problemas de vista, muy prolijo para alguien como él, incluso toda esta infortuna que cargaba con Jay, para suerte de aquel niño en ese entonces, Maru fue como su lugar seguro.

Aquella vez que Jay había perdido por completo el sentido de la vida, cuando llorando renegaba de aquellos ojos alargados con los cuales había nacido, Maru se sentó a su lado, para serenarlo.

— Tranquilo, Jay, tus ojos solo están dormidos, algún día despertarán.

Aquello le había dado la suficiente paz del mundo para dejar de llorar siquiera ese día, aún si sabía que era mentira.

Se sobresaltó en su lugar cuando escuchó un golpe brusco pegar en el cristal a medias de su ventana, volteó y miró la sombra de un rostro asomarse desde la parte descubierta. Parpadeó varias veces.

— Lo siento, lo siento.

¿Por qué se disculpaba? ¿Esa persona tropezó con mi auto?

Los ojos de Jay divagaron hacia esa sombra blanca que perseguía sus ojos, ¿una figura blanca? Parpadeó un par de veces más y los colores se hacían cada vez más visibles, sentía que alguien estaba coloreando frente a él, estaba de espaldas, estaba viendo a alguien de espaldas, frente a él, su ritmo cardiaco había acelerado y su respiración cada vez se hacía más nula, cuando parpadeó s en un segundo los colores le habían sido arrebatados, volteó su rostro y puso una mano en su pecho, inconscientemente lagrimas brotaron desde sus ojos, no podía evitar sentirse conmovido. Ahora se sentía desesperado, volvió su vista a la ventana y miró a esa figura blanca alejarse cada vez más, no pudo evitar abrir la puerta del auto y salir casi corriendo detrás de él, pero una mano en su hombro detuvo sus pasos.

Keys [jaywon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora