Príncipe [ u n o ]

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El imperio del este siempre fue poderoso. Uno de los imperios que ejercía mayor control sobre el territorio de Corea. A diferencia de otros reinos e imperios, el emperador Yoo era un hombre justo. Abogaba por la correcta justicia y cuidaba de sus plebeyos. Un hombre, que a simple vista era frío, pero que guardaba un enorme cariño por todas las personas en su imperio. Además, tenía una hermosa esposa y dos hijos.

¿Qué podría ir mal en su vida?

La respuesta fue simple.

Haber confiado en su “leal” primo, Michael.

「✦▬▬▬✦」

Sucedió un 3 de Agosto. Al anochecer, Michael miró a su guardia personal, la única persona que conoce sus planes de principio a fin.

—Nirvana, ¿todo está listo?— el guardia asintió. —Perfecto, toma tu lugar. Pronto daré la señal.

Nirvana corrió hacia la torre principal. El lugar dónde el emperador Yoo, su esposa y sus dos hijos; Yoo Joonghyuk y Yoo Mia dormían placidamente. Al menos, tres de ellos.

Yoo Joonghyuk era un adolescente activo por las noches, leía o entrenaba sin hacer ruido. Una de sus cualidades, ser sigiloso. Una ventaja o maldición.

Porque cuando Nirvana recibió la señal de Michael (que básicamente era él haciendo señas con una linterna), apuntó a la cabeza del emperador y la emperatriz.

Pum. Pum.

Dos disparos limpios con dardos afilados a la cabeza. El sonido fue extraño para Yoo Joonghyuk, quién quitó la vista del libro que leía para intentar poner más atención. Unos pasos se escucharon frente a su puerta.

Esta se abrió con un crujido.

—Joonghyuk. Joonghyuk.— la mano que había puesto inconscientemente en la espada en su cintura se tranquilizó al escuchar la voz del mago de la torre, Kyrgios Rodgraim. Pero no tenía una cara feliz, en realidad fue una muy preocupada y asustada.

—¿Kyrgios-nim? ¿Qué sucede?— preguntó levantándose inmediatamente de su cama.

—Es muy tarde para ellos, pero no para ti. Ponte algo para viajar, toma lo que puedas. No tenemos tiempo.— Yoo Joonghyuk no entendía lo que pasaba.

Kyrgios estaba muy ansioso y miraba constantemente hacia la puerta. La habitación de Yoo Joonghyuk era la más alejada, esto para que él tuviera un poco más de privacidad. Pero sabía que Nirvana estaría aquí muy pronto.

Yoo Joonghyuk hizo lo que Kyrgios le pidió, muy confundido y con muchas preguntas. Pronto estuvo listo y Kyrgios lo tomó del brazo para salir.

—Espera, mis padres...

—Están muertos. Michael.— la expresión de Yoo Joonghyuk se distorsionó. ¿Mia también...? Kyrgios pareció entender su silencio. —A este punto si, lo siento.

No tuvo tiempo de lamentarlo.

—¡Él príncipe Yoo Joonghyuk mató a sus padres! ¡Busquenlo!

Descendieron hacia los establos, teniendo cuidado de no ser vistos. Kyrgios lo subió a un caballo y le hizo entrega de un papel.

—Yo no puedo ir contigo. Pregunta por ella, a las afueras del reino. Ella se hará cargo de ti— golpeó el trasero del caballo, haciéndolo cabalgar al instante. Yoo Joonghyuk conocía muy bien el palacio para pasar por detrás, sin ser visto y salir por el campo.

Llegando a las afueras, abandonó el caballo. Estos vestían el símbolo del reino, si llegaba a otro lugar con ese símbolo, todos sabrían donde estaba. Prefirió caminar el resto del camino.

Príncipe ¦ Joongdok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora