Golpes que sanan

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Hay golpes que duelen pero que se agradecen...

¿Y cómo no han de agradecerse?

La maniobra rescatista que te deja moretones pero te salva la vida.

La dura charla del padre en corregir a su hijo porque ve su descarrío.

La voz de un allegado que siempre extiende la mano para advertir del peligro.

Marcas te podrán dejar,

pero son de agradecer.

Golpes que se han de querer

más que la propia existencia,

pues son muestras de indulgencia

que te pueden ayudar.

No dudes nunca en pensar,

que aunque hay golpes que si hieren,

va de menos si ellos vienen

de quién te sabe amar.

Muy dentro de mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora