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                                  Marinette
Después de que nos dijéramos nuestros nombres no volvimos a cruzar palabras por un rato. Me estire hacia atrás quedando acostada y relajarme, pero para mi mala suerte empecé a sentirme muy mojada hay abajo, y claro, ya llevaba 4 horas con el tampax, y que peor que te suceda eso en una colina con un extraño.
— se que sonará absurdo pero... no hay ningún baño o algún lugar privado aqui cierto? -dije  algo avergonzada-
— quien se tomaría el tiempo de hacer un baño en una colina donde no viene nadie?- me dijo en un tono de burla-
— claro...
— puedes hacer pipí bajando la colina
— claro y quedar con el trasero lleno de espinas  -se quedó en silencio-
— aparte no quiero hacer pis -le dije-
— del dos?
— no... -apagó su cigarro y me miro- si quieres me doy vuelta para que te cambies la toalla tranquila
— eee... como sab...
— si no quieres hacer ninguna necesidad es obvio que estás con la regla -respondió antes de que yo terminara la pregunta-
— bue... bueno Gracias -el se dio la vuelta sin decir nada-
Un poco extrañas me empece a sacar el tampax y lo envolví en un pedazo de confort, siempre ando preparada. A cada rato veia al chico que estaba de espaldas para confirmar que no me estaba viendo, pero a él no se le movía ni un músculo. El único ruido que se escuchó fue el sonido cuando me puse el tampax.
— ya puedes darte vuelta -dije algo tímida-
Gracias -le dije-
— por que?
— por...darme mi espacio
— no soy tan malo para dejar que te vallas toda ensangrentada camino a la fiesta -me rei-
— si... igual no voy a volver. -en eso me llego un mensaje de luka-

LUKA: DONDE CARAJOS ESTAS, DEJA DE COMPORTARTE COMO UNA VERDADERA ZORRA.

No pude evitarlo y unas lágrimas brotaron de mis ojos. Luka me ha causado muchas inseguridades y me da rabia, rabia por que siempre que inicia una pelea después la quiere dejar en el olvido, como si todas esas palabras que me dice las cuales me causan millones de inseguridades, se me olvidaran así de fácil.
— te dice zorra por enojarte con el? - me sorprendió de la nada, no me di cuenta que estaba viendo la conversación-
— no me sorprende que me lo diga -empece a limpiarme las lágrimas disimuladamente-
— y por que dejas que te trate así?
— yo... siempre lo paro pero... nunca me hace caso y me pide que lo olvidemos. En fin creo que debería irme.
— no pierdas lágrimas por un imbecil como ese
— eh...?
— si de verdad te amara no te trataría asi
— lo se.... Pero espero que cambie
— un hombre con una mentalidad misogina no cambia. Déjalo, hay chicos mejores.
— tienes razón, gracias -le dije con una sonrisa dulce-
— no eres tan fea asi que alguien si se puede fijar en ti -me rei-
— tomare tu consejo
— es el primer consejo que doy así que siéntete afortunada
— -rei- el primer consejo se lo das a una extraña
— ni yo me lo creo -me reí-
— -me pare- bueno chico extraño, fue un gusto conocerte pero tengo permiso solo hasta las 11:00 pm asi que ya me voy
— ya era hora
— aww tienes que aceptar que te gusto mi compañía
— para nada
— yo se que si
— piensas mal
— al menos me recordarás como como la persona a la qué le diste tu primer consejo
— te recordaré como la chica que invadió mi lugar secreto -sacudí la cabeza divertida- aaa y como la chica que tiene un pésimo gusto de moda. -le puse cara de pocos amigos-
— mejor recuérdame cómo la chica que le gusta estar cómoda -lo corregí-
— mmm lo pensaré.
— bueno ya me voy. -doy un paso- Aaa y tú me diste un consejo y yo te quiero dar otro. deja de fumar.
— no le haré caso a una desconocida
— yo tomaré tu consejo, al menos toma el mío
— mi consejo vale la pena, el tuyo no. -se dio la vuelta y como tono de burla sacó un cigarro y me lo enseñó. Menie la cabeza y me fui-

Más allá de nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora