Brooke Turner
Tomé un gran suspiro antes de entrar al instituto. Me miré rápidamente en el espejo de la entrada, asegurándome de que no me viera como una completa mierda antes de volver a entrar a los pasillos llenos de gente de esta escuela ridículamente grande.
Limpié el rímel que caía debajo de mis ojos marrones con la manga de mi sudadera oversize. Mi pelo estaba todo alborotado. Suspiré otra vez mientras entraba por el pasillo.
Me quedaba una semana más en este agujero de mierda hasta que me graduara. No volvería a pisar una escuela en mi vida, ya que no me aceptaron en ninguna universidad por mis malas calificaciones. Tampoco tenía dinero para pagarlo.
Había estado viviendo con mi mejor amiga Bree y su madre, durante el último año y medio. Su madre y mi madre eran mejores amigas. Prácticamente viví en su casa mientras crecía. Antes, vivía con mis abuelos, pero mi abuela murió y mi abuelo se fue con una put*, llevándose su dinero consigo.
Caminé por unos segundos más hasta que llegué a mi clase. Nos tocaba Inglés. La gente pensaría que aprobar mi lengua materna con un 10 es tarea fácil, pero ese no era mi caso.
Mi profesor el Sr. Carter era un imbécil cenutrio. Aunque a pesar de que era un gilipollas vestía como cualquier profesor con camisa y unos caquis.
Era un pervertido entre otras cosas. Llamaba a las chicas al frente solo para verles el cul* (trasero) mientras caminaban de vuelta. Le gustaba comentar sobre nuestro cuerpo.
Me senté tirándome en la silla. Pasó una media ignorando sus sermones mientras garabateaba en mi libreta.
- ¿Señorita Turner? - me llamó haciéndome salir de la bruma.
- ¿Hmm? - gemí.
- ¿Puedes responder la pregunta? - preguntó con una voz severa.
- Lo siento, no. - respondí, oyendo las risas de los chicos de la parte de atrás.
- ¿Por qué no vienes al frente y te lo explico? - me sonrió de manera espeluznante.
Joder, joder, joder
Caminé hacia el frente, bajándome la sudadera por abajo del trasero.
- Ven aquí - me señaló para ir detrás de su escritorio. Asentí y caminé incómoda hacia él.
Me entregó un rotulador y lo dejó caer. - Oops, ¿puedes agarrar eso? - preguntó.
¿Fue a propósito, sólo para mirarme? Me agaché tratando de que no se me subiera la sudadera. Sus ojos me siguieron hacia abajo y después hacia arriba. Maldito pervertido maricón.
- Señala lo errores gramaticales - me dijo escribiendo una oración en la pizarra.
¿Era esto necesario? Podría haberlo hecho desde mi mesa.
Después de haber corregido la frase, me dio una sonrisa escalofriante, me hizo estar incómoda y lo único que quería era golpearle en la cara.
(Le pego un puñetazo en la cara y me mandan a dirección. El director me expulsa y eso hace que no me pueda graduar. FRACASO)
Volví a mi mesa cogiendo del borde de la sudadera y estirándola. Podía sentir sus ojos clavados en mí. Me senté en silencio y él siguió con su explicación.
-
Finalmente, sonó la alarma. Cogí el inútil libro y salí de clase.
- Espera - Me gritó Carter que le tiraría mi cartera a su cara, casi cuando estaba por salir.
- Me gustaría hablar contigo, Brooke - Me dijo mientras me giraba.
- Ven - Hizo un gesto hacia atrás de su escritorio.
En cambio, caminé hacia la parte de delante de su escritorio, haciéndome de barrera para que me protegiera de su siniestra persona. La mayoría de gente se había ido, ya era el final del día.
Dos chicas se tomaban su tiempo para guardar todo en su mochila, me di cuenta que era para acompañarme.
Gracias a Dios por vosotras dos
- Tus notas necesitan mejorar - Dijo mientras abría su ordenador.
- Tal vez algún tiempo después de la escuela te haga justicia - El sonrió.
Nope, no, de ninguna manera
- Estoy ocupada después de la escuela - Medio mentí - ¿Tal vez ayudaría enviarme algunas hojas de trabajo de crédito extra? - Su sonrisa disminuyó.
- Bien - Dijo estando medio enfadado - Te mandaré un email - Asentí y salí, las dos chicas a mi lado.
- Gracias - Les sonreí.
- Es espeluznante, de ninguna manera te hubiésemos dejado a solas con ese viejo "creepy".
Pensarías que viviendo en un pueblo muy pequeño sería fácil saberme los nombres de todos, pero en general no me importaba saberme sus nombres.
Por fin, entré en el asiento de delante del Volkswagen azul de Bree.
- Te ha costado mucho tiempo - Puso los ojos en blanco.
- Estaba con el Sr. Creepy - Dije mientras buscaba mi cacao de labios.
- Cómo te ha ido la escuela - Dijo mientras extendía la palabra "escuela" muy larga.
- Bien - Mentí - ¿Tú que tal?
- Oh, estuvo bien, el Sr. Tanner estuvo hablando otra vez sobre los agujeros negros y no hemos dado clase de física.
Bajó la ventanilla dejando que su largo pelo castaño ondulada volara por todas las direccciones.
Bree era muy guapa, tenía los ojos de color verde como la menta y era alta y delgada. Le gustaban mucho los deportes y era una estudiante brillante. No fue una sorpresa cuando entró a todas las universidades a las que mandó carta para que le aceptarán. A finales de septiembre asistiría a la universidad de la liga Ivey, Brown.
Yo aún no tenía ningún plan, y tenía muy poco dinero. Aunque había estado trabajando duro durante los últimos sis meses en un restaurante local. Lo más probable es que trabajara allí hasta que terminara el verano y después me mudaría a alguna ciudad donde hubiese más trabajos disponibles.
Hablando con Bree me dijo en broma que me convirtiera en stripper, jajajaja. Aunque en verdad he estado pensando en ello. Se paga bien y después podría conseguir otro trabajo un día. Aunque solo son imaginaciones.
Llegamos a su casa y entramos. Su madre no salía del trabajo hasta más tarde. Rápidamente corrí a mi habitación y me puse la ropa del trabajo. Era muy simple, llevaba una camisa negra metida en unos vaqueros azules de tiro alto.
Bree y yo trabajábamos juntas. Ella llevaba trabajando allí un par de años, aunque en realidad no necesitaba el trabajo. Rápidamente hizo un Yatekomo en el microondas y nos sentamos a comer antes de nuestro turno.
~~~~~~~~~
Había oscurecido antes de que terminara nuestro turno. La luna era la única fuente de luz, las luces de las farolas estaban todas fundidas. Conducí a casa mientras ambas nos quejábamos de los clientes de mierda que habíamos tenido.
Llegamos y me duché rápidamente, dejándole a Bree un poco de agua caliente. Cuando llegué a mi habitación, su perro, Milo, estaba acostado en medio de mi cama. Aunque Bree había tenido este perro desde que era más joven, yo le gustaba más al perro. Yo era quien le alimentaba, paseaba, jugaba con él y le limpiaba la mierda (las cosas como son) mientras Bree veía películas.
Cogí al pequeño peludo poodle y salté encima de la cama mientras le movía a mi lado. Vi un poco de netflix mientras escondía su cabeza debajo de mí.

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Chase
RomanceBrooke Turner, una chica con mucho problemas, se encuentra trabajando en un club de striptease, tratando de mantenerse a flote. Después de un incidente vergonzoso, su hermano, Greyson, la acoge. Chase, el hijo del líder de los Vipers, una pandilla d...