A la mañana siguiente tendría que ir al baile de graduación, y esos nervios no me dejaban dormir.
Cuando logre dormirme sentí como empecé a soñar.
Me levante muy nerviosa y baje a la cocina, mi madre me saludo y me dio un beso.
-Buenos días, Hayat ¿que te apetece para desayunar? - mi madre se veía casi más nerviosa y emocionada que yo.
-Buenos días mama, ¿tortitas? - se que a mi madre le encantan así que cuando se le iluminó lo cara solo pude reírme.
Cojio los ingredientes y empezó a hacerlas.
La verdad era que por mucho que le gustaran no se podía decir que las hiciera muy bien, el desastre siempre terminaba llegando.
Me pareció que había llegado cuando vi a mi madre cojer un sobre de levadura con toda intención de echarselo.
-¡MAMÁ LAS TORTITAS NO LLEVAN LEVADURA! - mi madre me miró con cara de culpable y empezó a reírse. Dejó la levadura a un lado y siguió con la mezcla.
Al rato cuando empezó a ponerlas en la sarten, vi que se ponía a recojer y cuando me di cuenta se había ido de la cocina, como si me estuviera leyendo la mente escuche que decía :
- Me voy a duchar ahora bajo- no me lo podía creer, me empecé a reír y le chille más fuerte todavía.
-¡LAS TORTITAAAS!- la oí reírse y empezar a bajar y cuando llegó me miro y no pude evitar echarme a reír.
-Uy se han quemado un poco- cuando me acerque no vi tortitas, vi cinco planchas negras pegadas a las sarten, ahí decidí que era mejor que siguiera yo con las tortitas antes de que terminará saliendo ardiendo la casa.
Cuando termine de hacerlas avise a mi madre y empezamos a comerlas, aunque la mezcla sabia regular tirando para mal pero no pasa nada.
Cuando terminamos avise a Dana, mi mejor amiga para que viniera y fuéramos juntas a por el vestido para el baile.
A los 10 minutos escuche la puerta y me la encontré mirandome.
El camino en coche fue rápido, estuvimos escuchando música y cantando.
Cuando llegamos empezamos a probar os vestidos, era una fiesta desde por la tarde hasta la noche por lo que iríamos vestido de noche.
Me pobre un vestido largo de color azul eléctrico y con la parte de las piernas como más abierto.
Dana se pobro uno rojo, que le iba muy bien con su pelo moreno, pero no terminó por gustarle.
Me pobre otro pero de Color amarillo tirando para oro pero no me iba bien por mi pelo rubio, aunque con mis ojos azules si iba bien.
Termine comprándome uno negro ceñido y largo, ahora nos faltaba el pelo y los zapatos.
Dana se compró uno verde ceñido hasta la cadera y suelto a partir de ahí.
