Cae la noche.

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Al llegar la oscuridad, que llena todo el cielo de ese color azul profundamente oscuro, como es costumbre en la ciudad la gran mayoría de los postes de alumbrado no tienen bombillas, lo que causa mucha mas oscuridad.
Y exactamente como los murciélagos, "la noche es la hora de trabajo" así decían muchos de los que en mi barrio vivian, excluyendo en esto a los jíbaros quienes desde las 8am siempre trabajaban.
Yo me mantenía con mi rutina, como muchos; levantarse de madrugada, hacer el almuerzo, vestirse, salir a la parada para agarrar la camioneta e irse a trabajar para regresar a las 6pm, a cobrar un sueldo que no alcanzaba ni para comprarme una botella de Whisky importada.
Al llegar del trabajo dormía una u dos horas y luego salía al achante con mis convives del barrio.
En la esquina se reunían jóvenes yo, ya tenía 22, recién cumplidos y me sentía en la mejor época de mi vida, conseguía mujeres de manera fácil, una el viernes, otra el sábado y descansar el domingo, despertaba tarde los fines de semana, solo despertaba temprano para ir a trabajar y los fines que me iba a la famosa Hawaira con mis hommies y algunas mujeres.
Así vivía, trabajo, dinero, mujeres y mucha marihuana que lo mejor de todo la conseguía gratis.
Ese viernes se dieron las 6pm y todas las estaciones del metro abarrotadas, y en las camionetas nadie más entraba, como había cobrado pude pagar un taxi hasta mi amado barrio Artigas, al llegar y pasar por la esquina del achante pude observar que no había llegado nadie, fui a mi casa, me bañé, me cambié y sali. Ya habían llegado Maquito, Liomar, Tato y Richard. Los salude a todos, como siempre, Liomar era como mi hermano, nos habíamos criado juntos desde los 6.
A las 9pm ya todos habíamos prendido sendo leño, cargábamos ron con coca cola y Maquito su taurus, mientras que Richard una Glock peine se caracol.
A eso de las 11 vemos pasar una camioneta de color azul marino por frente de nosotros muy lento y dijo Liomar: Activo con eso que es burde sospechoso. Y Maquito saco la taurus y tenía el dedo ready para accionar. Cuando escuchamos que la camioneta venia con mucha mas velocidad y todos nos dispersamos Richard descargó el peine en los vidrios de la camioneta la cual se estrelló en una casa diagonal a la esquina. De ahí nos fuimos inmediatamente todos a sus casas, sin decirnos una palabra el uno al otro, no sabíamos nada de lo que al día siguiente sucedería.

Esto es solo el comienzo convive, es la merma fina, novelas pa malandros, hasta el Wattpad se llena de malandreo.
Saludos, vacilense la novela y comentenla!

Noches en la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora