Mota

361 57 39
                                    

No cierto, si habrá historias Camren...
.
.
.
.
.
En sus sueños ._. Jajaja
.
.
.
.
.
.
.
.
.


CAMILA

-*pero mamá, ni siquiera hablo
con esa chica...*

- *nada de peros jovencita,
invitala y su familia. Para que
se conozcan... Necesitas socializar
y dejar de está todo el día
en tu habitación*

Sin poder decir algo más, me colgó.

Gruñi saliendo del estacionamiento del supermercado.

Al poco tiempo, recibí un mensaje de mi madre con el hombre de la chica. Trate de memorizarlo.

La chica que mi madre pedía que invitará, era una nueva vecina. Mi madre quería que fuera su amiga para salir de casa... Socializar.

Solo nos habíamos hablado el primer día, cuando fuimos a darles la bienvenida y un segundo día, cuando mi madre me llevo arrastrando a su casa para ir con ella al colegio. Así conseguí su número.

Había ido a comprar leche, jugo y unas golosinas e iba de regreso a casa.

Lo pensé un poco pero decidí entrar al chat de la chica.

Estaba por escribir pero me dio flojera, mire la luz verde para cruzar la calle. Confiada, comencé a cruzar y viendo el botón para comenzar un audio.

Pensé en qué día invitarla, ya que mi madre no me dio fecha. Tal vez mañana, osea viernes.

- Hola... Dinah - empecé el audio - ¿Quieres venir mañana... - el sonido de unas llantas rechinar me paralizaron un segundo

- ¡Ahhhhh! - grite viendo un Mustang viniendo hacia mi. ¡Iba a morir!

Caí de culo al suelo, viendo con los ojos abiertos el coche frente a mi.

Mi respiración estaba agitada. Juraba haber visto mi vida pasar por mis ojos.

Escuché como la puerta se abrió y alce la vista. Una joven, con una chaqueta de cuero negra, se asomo para verme.

Parecía asustada.

- mierda... Lo lamento - se acercó a mi para ayudarme a ponerme de pie y me reviso

Yo también me revise asustada. Estaba completa... Estaba viva.

- ¿Que demonios te pasa? Me pudiste matar - lleve una mano a mi pecho del gran susto

- lo siento, me distraje

- si, claro. Un poco más y te hubieras disculpado con mi cadáver - reclamé

- en verdad lo siento. Te puedo llevar a tu casa. No es mucho pero... Vaya, que tonta soy - soltó una risita

- eso lo acabo de notar - quise caminar pero - dios... Mi monumento - lleve una mano a mi trasero - ¿Aún está en pie en llevarme a casa? - pregunte y asintió rapido

Corrió a la puerta del copiloto, me quite la mochila y me ayudó a entrar.

Me queje un poco por el dolor del trasero que tenía.

En cuanto cerro la puerta, comencé a olfatear.

Ella entro al coche, cerrando la puerta.

Nerviosa, comenzó a bajar la ventana de su lado y aventó por está, un tubito humeante.

Aventuras Jotas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora