ÚNICO

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Así que sí, Harry estaba confundido.

De repente tenían vecinos nuevos, los Tomlinson, una familia bonita y llena de niñas que eran copias de sus padres... excepto por el único chico, el que tenía la cara de mala leche más impresionante del mundo, Louis.

Louis sonreía como idiota al rededor de su familia, o tranquilo si estaba con esa chica linda de tirabuzones oscuros, y parecía alguien dulce. Harry se dio cuenta de que no era así cuando no lo saludaba ni por cortesía cuando se cruzaban, cada uno de su lado de la cerca, o cuando tiraba las colillas de cigarrillos a su patio. Definitivamente era agrio cuando lo miraba molesto al bajarse del auto de Zayn luego de darle un fuerte beso de mejores amigos en la mejilla, como toda la vida hizo.

Pero Louis lo hizo sentir eléctrico luego, cuando tocó con enojo su puerta esa noche, y ni siquiera le dejó decir media palabra antes de escupir.

-Tu novio de mierda te engaña.- Avisó enojado, y Harry se alarmó cuando vio sus nudillos lastimados.- Estaba comiéndole la boca a un imbécil de peinado estúpido en el centro, así que lo golpee por ti.- Harry estaba duro, y el chico frente a él solo se alejó.- Trata de no follarte a la mierda la próxima.

Louis le había roto el tabique a Zayn y escupido a Liam, su novio. Fue Harry el que tuvo que ir a su casa y darle un muy incómodo agradecimiento, a decirle que solo le había partido la cara a su mejor amigo por estar besándose con su novio real, y él le cerró la puerta en la cara luego de eso, respetando su indiferencia habitual.

Harry estaba completamente perdido, porque de repente empezó a sentir nervios cuando sus miradas chocaban, un nerviosismo idiota y torpe que lo hacía más descoordinado de lo habitual, fue por eso que se cayó y rompió su jean justo en las rodillas.

Romper su jean logró que su padre le gire la cara de un guantazo al grito de que era una mierda desagradecida y descuidada, y eso llevó que esté sentado en su cordón, lejos de la puerta de su hogar con decoraciones con calabazas, con sus ya de por si hinchados labios aún más enormes por estar lastimados, un ojo algo morado y una cerveza de mierda en la mano, solo mirando las estrellas, al menos lo que podía, porque la polución era un pedazo de mierda.

Estaba bajo la única farola de su barrio, más tirando a mierda que bueno, y eso fue lo que vio Louis cuando llegó caminando.

Ya había dejado de lado su intento de ser amable, así que no abrió la boca ni lo miró, y Louis siguió de largo. Pero de repente se frenó a dos pasos de él, tenso de la nada, y se giró pareciendo furioso.

-¿Quién te golpeó?- Exigió, y gruñó cuando se acercó para agarrarle el mentón con la intención de ver el daño, y él, malditamente insolente y precioso, (solo insolente, Louis, joder), se corrió de un tirón.- Si sostengo tu cara es para verla, quédate quieto.

-No hay nada que ver.- Ni siquiera lo miró, tomando un trago.- Tu casa está por allí, por cierto.

-Dime quién fue.- Estaba enojado en serio pero Harry no cedió, y se impacientó.- ¿Fue alguno de esos que vi besarse?- No se inmutó.- ¿Ese rubio que vive a unas casas de aquí que es tu amigo? ¿En la universidad? ¿Fue tu pa...?- Apretó los dientes cuando el rizado se tensó, inconsciente.- Des.

-Des.- Concedió, poniéndose de pie, y no dijo ni una palabra cuando se giró con su lata vacía, directo a su casa.

Y entonces, el grito de su padre a la siguiente mañana lo hizo moverse rápido desde la cocina, y los dedos de sus pies se apretaron impresionados, porque el auto del hombre había sido realmente vandalizado a base de aerosoles de colores y dibujos de pollas, con un mensaje contundente en el parabrisas.

"Voy a cortarte las putas manos, me importa un coño si vuelves a tocarlo o no".

Y ver a Louis sostener la cadera de la misma chica de pelo oscuro con unas manos muy manchadas de aerosol lo hizo sentirse de algodón, más cuando el chico buscó sus ojos, e incluso suavizó su rostro cuando recibió una sonrisa llena de hoyuelos.

So... yesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora