Yatora estuvo contadas veces en tu habitación, pero esta vez se concentró en las estocadas que golpeaban sus oídos. Un nítido latido rítmico de su corazón bromeando como un puberto, qué decirte, es un chico hormonal aún...esto es demasiado para él y su imaginación.
Limpió el sudor de sus manos en el overol atado a la cintura mientras terminaba de posicionar el caballete frente a la silla de felpa turquesa donde estarías sentada.
—¿Porqué siento que mi corazón está punzando?—se sostiene el pecho. Todo comenzó cuando le dijiste que la casa estaba sola para ambos.
Yatora mentiría al decir que no había pensando en este preciso momento antes, pero esos pensamientos fueron dejados atrás debido a los viajes que tuvo contigo, las fotos eran preciosas; aún así se permitió traer de nuevo esas nubes cubiertas de ideas por una pregunta en particular: ¿Cómo te verías desnuda?
Con estrías...tal vez algún lunar en particular como el que tenías debajo del labio que tanto amaba besar, tirar de tus belfos y...creo que ya se perdió en el tema.
—¿Dónde puse...? Aquí están—tomó sus su pincel preferido y notó que le temblaba el pulso—Yaguchi, por favor. Esto no es diferente al segundo examen de Geida...no es...d-diferente.
¡Claro que era diferente! ¡En absoluto distinto!
Aquella musa que posó para ellos no hacia adormecer sus sentidos, no recibe sus mensajes durante el insomnio en la madrugada, no lo ve pintar cuando está estresado, mucho menos le consoló cuando estaba al borde de las lágrimas.
Él no iba a pintar una musa cualquiera, su proyecto retrataba su musa, la mujer que de la que está enamorado.
Su más grande inspiración.
—Estoy lista.
Se congeló. Yaguchi no estaba listo.
Saliste del baño ocultando tus verdaderas emociones bajo la tela aguamarina que cubría tu cuerpo como un toga griega. ¿Estaba en un sueño? ¿Era este uno de esos sueños lúcidos que muestran tus más grandes deseos?
O puede ser que siempre tuvo la razón y eras una diosa que se ocultó entre los seres humanos como en esa película americana.
—¿Yatora?—estabas a centímetros de él, levantando esos cabellos que forman un ligero felquillo. Sus narices se rozaron—¿De nuevo estás en tu propio mundo?
Su mundo azul.
Vuestro mundo azul.—¡E-estoy bien!
Asentiste ciertamente desconfiada yendo hacia la silla.
El artista inhaló y exhaló tratando de recobrar la compostura, entonces alzó la mano y se abofeteó en un sonido sordo que hizo resbalar la tela de tu cuerpo, apenas y pudiste sostenerlo de vuelta. Yaguchi sonrió con la mejilla rosada e hinchada por el golpe, le miraste como si estuviera loco...le recordó cuando le preguntó a Hashida.
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Musa [Yatora Yaguchi-Blue Period]
RandomYatora encontró su sueño en el arte, pero días antes del primer examen para entrar a Geida notó que estaba estancado...fue ese mismo día que la conoció. Encontró a su Musa. -Trama completamente original. -Los personajes de Blue Period pertenecen a T...