Se avecinaba una fuerte tormenta desde el sur, terminaba de hacer las compras y mi pequeño perro estaba rogándome que lo deje salir, ni bien deje la puerta abierta desapareció al doblar la esquina, quedé observando por un momento y cerré para luego acostarme en el sillón a mirar un poco de televisión y distraerme. Paso media hora y olvidé que mi perro estaba fuera, salí apresurado y comencé a llamarlo entonces lo ví venir desde la misma esquina a un paso algo agotado, entró rápido y se acurrucó en su cucha mientras yo observaba afuera cómo la tormenta estaba ya casi arriba de nosotros, cené y me fui a dormir.
Un fuerte relámpago me despertó en medio de la madrugada, al buscar mi celular noté que eran las 2 AM y no hacía mucho que lograba conciliar el sueño, bajé las escaleras para eliminar la sequía de mi garganta con un buen vaso de agua fría, cuando abrí la heladera noté por el rabillo del ojo a mi perro, sentado en un costado de la sala inmóvil y mirándome sin sacarme los ojos de encima, lo llamé, pero no se movió de su lugar, incluso tomé una galletita y la tiré cerca de él... no movió ni un músculo, pensé que tal vez se debía al miedo que sentía por los fuertes truenos. Al instante que pensé eso el animal comenzó a incorporarse y a caminar pero en dos patas, exactamente igual que un ser humano, así se mantuvo hasta entrar en una habitación y acto seguido se acostó en un colchón que ya no usaba y estaba de relleno en una habitación, ahora era yo el que estaba paralizado por el miedo y sumando la tormenta la situación se hacía más inaguantable aún.
No sé de dónde reuni valor pero me acerque a la habitación y antes de entrar ví a bobby salir del cuarto contiguo, el mío, a dónde lo había visto entrar hace unos instantes, quedé perplejo mientras veía como ladraba incansablemente hacia la puerta del otro cuarto evitando así que yo entrara, pero lo aparte y gire el picaporte lentamente rogando que lo que sea que ví haya sido una mala pasada de mi mente y que bobby solo ladrase así debido a la fuerte tormenta. Tomé coraje y entre empuñando un palo de escoba y me tope de frente con la pieza vacía y a mí perro ahora calmado, increíblemente decidi fingir y convencerme de que lo que ví no fue real, aunque eso sería aún más preocupante debido a que si se sintió tremendamente real y ahora también temía por mi cordura. Tomé un trago de whisky, encendí el ventilador, acomodé unas prendas en el perchero y me tapé hasta la cabeza con la intención de dormir y olvidar esa alucinación lo cual logré casi de inmediato.
Pasaron lo que parecían horas sin embargo el reloj indicaba las 3:45 AM y me desperte con un sudor frío y mis manos temblorosas, en éste punto comenzaba a preocuparme por mi mismo, note que el ventilador colgaba inerte sobre mi cabeza, entonces tanteo con mi mano el interruptor de la pequeña lámpara a mi lado, tampoco encendía, un corte de luz.
- Que oportuno, pensé, mientras un escalofrío me recorría el cuerpo.
Cuando mis ojos se adaptaron a la oscuridad vi que mi perro no estaba conmigo y lo llame para que viniera, lo observé entrar por la puerta y esperando la orden que le permitiera subir a la cama, él era muy obediente y lo había educado muy bien. Al indicarle que podía subir se incorporó en sus dos patas traseras y de sus ojos emanaba un fuerte color rojo los cuales me miraban inexpresivamente, quedé petrificado y lo único que podía mover eran mis ojos, mi cuerpo parecía no hacer caso a las recepciones del cerebro. Ese ser que creía que era bobby se acercó para luego transformarse de nuevo en mi perro, el perro que estuvo conmigo todos estos años el cual ahora movía agitadamente su cola esperando la orden para subir a mi cama.
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Bobby
HorrorRecuerda observar atentamente a tu mascota durante el día a día, no querras llevarte una sorpresa.