El incidente

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Con sangre en las manos y con la vista nublada empecé a correr. Las luces de los coches patrulla estaban por todos lados.

No lo podía creer, la sangre de mis manos era de una de las únicas personas que me había amado. La que me había querido hasta el punto de arriesgar su vida por mi... Ahora estaba muerta por mi culpa.

Debía hacerlo. Debía saltar.

Me acerque hacia la ventana más cercana. Puse un pie en el alféizar y subí.

Iba a saltar. Pero unos brazos me sujetaron con fuerza y me tiraron al suelo.

Quedé inconsciente.

Lisa ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora