6. Y todo quedó en el recuerdo...

16 1 0
                                    

Ellie

Notaba cómo la mano de Jack subía y bajaba por mi mejilla. Estaba temblando. Pensaba que sería por el frío... pero era finales de verano y ya era mediodía, por lo que descarté esa posibilidad.

Jack me miraba a los ojos, estando los suyos llenos de terror, sorpresa y sobre todo, miedo.

De repente, Jack me cogió la cara con ambas manos...

- Ellie, nunca te haría daño. ¡Ni aunque estuviese a punto de explotar del cabreo!
- Jack... - En ese momento, ya no era yo... Los ojos se me llenaron de lágrimas otra vez, pero no pensaba llorar delante suya. Me puse de pie y me alejé un poco de Jack, sintiendo el aire en la cara y recapacitando en todo lo que había pasado.

A los pocos minutos, unas manos se aferraron a mi cintura, y me percaté de que era él.

- Ellie... siento mucho el haberte asustado. - Su voz estaba llena de tristeza, y aunque no lo aparentase, también de desprecio. Jack se estaba autodespreciando... y todo por mi culpa... ¿Merecía sentirse así? No, claro que no. Por muy idiota y creído que sea, todos merecemos siempre una oportunidad, y creía que debería ser yo quien se la diese.
- Hey, no pasa nada, de verdad.
- Ellie, no seas tonta... ¡Sí que pasa! - Estuve callada durante unos pocos segundos, y la expresión de la cara de Jack cambió completamente.
- Será mejor que me vaya, sino voy a acabar haciéndote daño.
- Pero, ¿qué dices? ¿En serio crees que me vas a hacer daño de esta manera? - Sí, y él lo sabía, como yo.
- Ellie... va a ser lo mejor. - No podía aguantar más. Cogí mi libro y me fui de allí, en dirección a cualquiera parte.

--------------------------------------------
Jack

Idiota, eso es lo que soy.

Durante muchísimo tiempo, he estado con muchas chicas. Todas diferentes. Pero ninguna me había hecho sentir vivo. Todas me parecían iguales y cada una era peor que la anterior.

Ahora veía como la chica que me hacía cabrear con facilidad, la que hacía que sacara lo peor de mí, pero que a su vez, estaba volviéndome loco, se alejaba con paso rápido y seguro.

Esa chica se alejaba y yo me quedaba solo, en el mismo sitio en donde me había dejado.

Solo, cabreado, loco y, sobre todo, roto. Mi cabreo no paraba de subir. Me levanté y empecé a gritar hasta que mis pulmones se quedaron sin aire y me dolían, le pegué a una pared y la mano me ardía, hasta le pegué patadas a un árbol... pero el dolor seguía presente, su falta y desprecio hacia mí lo sentía en el aire... todo por no saber controlarme...

~Take it easy, but take it~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora