Camilo Madrigal se había escapado de los regaños de su madre, ¿La razón? El de rizos le había quitado su última arepa del desayuno.
- Por poco.- suspiró viendo como las nubes grises disminuían.
Se dedicó a caminar por el pueblo viendo quien necesitaba su ayuda. Mientras caminaba hacia la Plaza Principal comenzó a escuchar muchas risas de niños, intrigado por la razón de las risas se acercó al grupo de pequeños y vislumbró a una chica de su edad con piel tersa color canela y cabellos que se asemejaba al café quemado.
La chica bailaba animadamente dando vueltas, giros y saltos, levantados a los niños en alto haciéndolos reír con la música de fondo de músicos que se ponían todos los días a tocar por diversión. Esa calida sonrisa que la chica portaba en sus labios hizo que su pulso se acelerara.
- Basta chicos. Estoy muy cansada, no son exactamente tan ligeros como una pluma.- exclamó la chica respira del entrecortado sin abandonar su sonrisa.
- Pero ____________________...- replicaron los más pequeños.
- Sin peros. ¿Que les parece una historia?
- ¡Genial!- rápidamente los niños se sentaron en media luna frente a la fuente donde la chica se sentó y sacó de una mochila bordada un libro bastante grueso de color café gastado.
- ¿Que historia quieren escuchar hoy?
- La doncella sin miedo.- opnino una chica con cabello corto.
- El príncipe vanidoso.
- La tortuga Petra.
- ¿Que les parece un poco de romance, ayer leímos acción?- asintieron.- Bien, les leeré "Amor entre Estaciones"
- Primavera, ¡Oh! La bella primavera, hace mi corazón latir, los olores de las nuevas flores comienzan a surgir pero tú mi vida, eres más bella que cualquier cosa del mundo. Juro por estos verdes pastos amarte hasta que mi corazón deje de latir.
Hubo un silencio. Camilo se dio cuenta de la habilidad lingüística y locutora de la joven, quedó embelesado con tal voz, tanto que decidió sentarse en una banca no tan lejos para seguir escuchando.
- Verano. Quema. Pero es el tipo de quemaduras que gustan. La poca ropa que usas mi vida, hace que mi corazón revolotee, pero tu rostro y tu sonrisa... Nada se compara a ti. ¿El sol? ¿La estrella más grande? No creo que te conozcan, porque de hacerlo, se darían cuenta que eres la más bella persona por dentro y por fuera. Juro por las tardes de sol abrazador que si algún día dejo de amarte, el sol se apagará junto con mi amor.
- Otoño, las hojas amarillas y naranjas comienzan a caer, me recuerda al suave susurro de tu cuerpo al abrazarme. Los tiempos comienzan a enfriar, será mejor que te compre una bufanda si no te quieres enfermar, no te preocupes que te cuidare. Al caminar, las hojas crujen bajo mis pies, me relaja, tanto como estar en tus brazos. Juro por el anaranjado paisaje que mi corazón será fiel a ti y solo a ti.
- El invierno llegó, pero no importa. Estaremos los dos muy juntos acurrucados tomando chocolate amargo, se que no te gustan mucho las cosas dulces... Que coincidencia, te tuviste que enamorar de un poeta sin remedio. Juro por los finos copos de nieve que jamás te olvidaré, te llevaré siempre conmigo. Te amo...
Un silencio se extendió.
- Es increíble, ¿No, muchacho?- le dijo un anciano que se había sentado a su lado.- Los más pequeños aún no salen de su ensoñación. Esa chica tiene una gran habilidad.
- ¿Usted la conoce?-
- Como no voy a conocer a mi nieta... ¡Ah! Comenzaron los sollozos.
Efectivamente, los niños estabas a punto del llanto.
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Camilo Madrigal. [X Tu]
FanfictionAhora ______________________ tenía miedo, nunca lo había sentido de esa manera, el miedo a parecer tonta frente a ese chico, miedo de balbucear por lo enamorada que te trae. Ese miedo que le provocaba nervios y la hacía sonreír.