—Mamá ¿Cómo se hacen los cachorros?—le preguntó el pelinegro a la alfa, está abrió sus ojos pasmados por la pregunta que le estaba haciendo su peque y casi se le cae el plato de porcelana que estaba lavando.
—¡Cariño!—llamó la alfa a su omega para que viniera y pudiera conversar de dicho tema con el pequeño, si bien tiene Soobin una corta edad, eso no sería un problema para que sus madres le explicarán los puntos básicos del tema.
Los tres se encontraban sentados en el sofá de su sala principal mientras la omega tenía entre brazos a la aún pequeña hermana pequeña de Soobin.
—Bueno Bin a que se debe tú pregunta—primero la madre omega quería saber cuál era la razón de su curiosidad.
—La maestra el día de hoy nos habló de la formación de una familia, uno de mis compañeros le preguntó de cómo podíamos tener una propia—el pequeño no quiso mencionar que él fue el de la pregunta curiosa y aún así siguió narrando lo sucedido—así que la maestra dijo que debíamos tener una o un omega que amaramos con todo el corazón y así cuando estemos enlazados podrían procrear hermosos cachorritos y ese sería el fruto del gran amor que el alfa y omega tiene.
—Pero bebé...¿Tú ya quieres tener una familia? Eres aún un pequeño alfita, corazón—el pequeño derramaba lagrimitas caer a sus mejillas, él quería tener ese fruto de amor con Hueningkai—Cariño...¿Te gusta alguien?
—Yo amo Kai, mami—hipó el pequeño—quiero tener cachorritos con él—el pequeño se arrodilló ante su mamá para suplicarle—Mami dime cómo puedo tener cachorritos con él, yo no quiero que se vaya de mi lado, quiero formar una familia—las madres estaban sorprendidas pero a la vez enternecidas por la actitud de su pequeño, él en serio amaba a aquel omegita de la familia Huening.
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—¡¿Qué quiere hacerte qué?!—se encontraba furioso el padre alfa de Hueningkai.
—Papito, no te enojes—le dio un cálido abrazo—Soobin sólo me quiere hacer cachorritos, no es la gran cosa, al fin podremos tener nuestra propia familia, así me dijo Binnie—habló con inocencia.
—Ya no juntes con ese...—un carraspeó de garganta se hizo presente, el pequeño se alejó del alfa y fue corriendo a tirarse en los brazos de su padre omega—¡Oh mi vida llegaste!—el alfa se levantó del asiento y fue a darle un casto beso a su omega.
—Papi, papito no quiere que Soobinie me haga hijos—el padre omega sonrió aunque por dentro sabía que ese está un tema delicado, ellos aún sólo eran unos pequeñines.
—Corazón aún no tienes edad para tener cachorritos...
—Pero papi...—comenzó a hablar con un puchero en los labios—Yo quiero tenerlos, solo me faltaría saber cómo se hacen—el padre omega soltó una risita, si que sería divertido contarle como se hacen los cachorritos.
—Ven, vamos a sentarnos y te contaré todo lo que quieras saber—le sonrió a su pequeño omegita mientras el padre de Hueningkai, remedaba a su omega burlándose, el padre omega se dio cuenta y volteó fulminandolo con la mirada, su alfa agachó su cabeza.
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