Capítulo único.

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Estaba oscuro y el frío entraba por su corazón, incluso con las ventanas cerradas. 

Abrió sus párpados revelando sus grandes y hermosos ojos esmeralda. Se quedó dormido mientras esperaba.

Ya estaba tardando en llegar, siempre llegaba temprano.

Esa noche fue una excepción.

Un chico se encontraba en el sillón a la espera de su amado. Su pierna tenía un tic, se mordía sus bien cuidadas uñas, su corazón latía desenfrenado. 

Se encontraba el canal de noticias de las 11 de la noche. Claro que él no ponía atención a lo que se decía, solo esperaba a que llegara él. Su chico, su amado, su amigo de la infancia, el amor de su vida.

"Kacchan, ¿podrías contestar o llamarme?"

Claro que Katsuki no tenía su celular en ese momento.

Izuku se había casado con el rubio hace 10 años. Ambos tenían 25 cuando decidieron casarse por fin. Fue una hermosa boda. Y ni hablar de su Luna de Miel.

Llevaban una vida completamente normal, Katsuki trabajaba en una empresa la cual tenía relaciones extranjeras, eso hacía que Katsuki viajara.

Izuku, por su parte, era psicólogo.

Ambos llevaban una buena vida, no les hacía falta nada, lo tenían todo. Incluso estaban pensando en adoptar a una niña. Ya habían ido al orfanato, y encontraron a una linda y tierna niña de 5 años llamada Eri. Tenía el pelo grisáceo, ojos rojos como los de Katsuki y llenos de inocencia y admiración como los de Izuku. Definitivamente la iban a adoptar.

Aún si su vida fuera perfecta, la realidad es que se estaban distanciando mucho. Ya casi no se abrazaban, besaban, ¡Ni siquiera han tenido sexo desde hace mucho tiempo! E Izuku estaba más que frustrado.

Añoraba esos días de su juventud junto a el cenizo yendo de un lado a otro, de cita en cita, jugando como si fueran niños, amándose y entregándose al otro en sus locas noches de pasión. Extrañaba tantas cosas.

Y a decir verdad tenía miedo de perderlo.

Por eso estaba ahí, quería acercarse más a su esposo. Realmente lo necesitaba.

Las llaves se escucharon, la puerta se abrió y luego cerró.

Asomó su cabeza para ver quién era. Aunque sólo había una persona que tenía llave además de él.

Un cenizo algo agitado por correr se veía en la entrada mientras se quitaba sus bien limpios zapatos y los dejaba en el piso, tomó sus zapatos de casa y se los puso. Todo bajo la atenta mirada del otro.

Izuku lo miraba de manera acusatoria analizando cada aspecto de él. No veía nada raro, además de su ropa mojada. Ni siquiera estaba lloviendo. 

—¿No me vas a saludar, nerd? —Habló el rubio desde la entrada.

No le importó que la ropa del cenizo estuviera mojada aún si no llovía.

Cuando Izuku lo escuchó lloró, soltó todo lo que sentía y agobiaba. Katsuki se sorprendió un poco.

—B-bienvenido a casa, Kacchan. —El peliverde tartamudeo mientras sollozaba. Pasó sus manos para quitar sus lágrimas.

Bakugou no tardó en acercarse, dejó su maleta de viajes en la entrada junto a su maletín.

Se encaminó a ver a su amado.

Cuando estuvo cerca de él se vieron, conectaron miradas. Katsuki acunó el rostro del otro limpiando sus lágrimas. Le dolía verlo llorar.

Noche de amor [One Shot] | Katsudeku | #LITTLEDREAMSAWARDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora