Feelings off - Karmaland [Luzu centric]

Segundo acto. Parte 1: Encuentro.

— ¡Ahí está de nuevo! — Oyó una de esas voces, sintiendo que empezaban a lanzarle piedras, tratando de cubrirse, pero sin poder, cayendo en un momento por correr y tropezar, siendo rodeado por todos esos niños crueles que lo patearon.

"¡Eres un monstruo!"

"¡Engendro de la oscuridad!"

"¡Nunca serás bienvenido aquí!"

"¡Lárgate del pueblo, demonio!"

"¡Demonio, demonio, demonio, demonio!"

Y justo al sentir esa ira crecer en su interior y teñir su vista de rojo...

Despertó, sobresaltado, sudando frío y con la respiración agitada, oyendo los gruñiditos algo nerviosos de Manolo a su lado.

— M-Manolo, tranquilo, tranquilo, fue una pesadilla. — Le dijo Luzu al cerdito que había sentido su miedo, abrazando el rechoncho cuerpecito rosa del animal que se acurruco en él, sintiendo su corazón calmarse poco a poco con la presencia del animal.

Aunque esas imágenes... ¿qué había sido eso?, nunca había visto algo así...

¿Acaso sería...?

Veo porque dicen que te conectas con tu anfitrión. Dijo una voz en su cabeza que lo sobresaltó.

— ¿Q-qué?, ¿q-quién dijo eso? — Se vio asustado, abrazando a Manolo que se vio de la misma manera que él, al parecer también oía la voz.

Jaja, oh pobre alma asustadiza~, siento mi descortesía, hace mucho que no... convivo con otros.

— ¿Otros...? — Repitió curioso de su tono final.

Eso no importa ahora. Contestó la voz Lo que si importa, es que he oído tu llamado, querida alma en pena.

Luzu pestañeó.

— ¿Llamado?

Oh sí, un llamado sin hablar, una súplica sin sonido, un llanto silencioso en una noche oscura como tus emociones en este momento. Dijo aquella voz y Luzu solamente bajó la vista, recordando la noche anterior.

— ¿Cómo... cómo sabes eso?

Yo sé muchas cosas, querido Luzu. Habló nuevamente, sorprendiendolo al ver que sabía su nombre. Sé que has sido maltratado y pisoteado injustamente, dejado de lado por aquellos que llamaste amigos alguna vez, vaya fraude.

Luzu frunció el ceño.

— Tú qué sabes de mi vida. Vete, no necesito que me vengan a dar sermones del "poder de la amistad" o alguna estupidez así. — Dijo remarcando las comillas y la voz rio.

Ay querido Luzu, yo sería el último en creer en estas estupideces. Luzu se sorprendió.

— Entonces... ¿a qué vienés?

¿No es obvio?, vengo a ofrecerte la oportunidad de tomar la venganza que tanto anhelas.

— ¿V-venganza? — Repitió sorprendido nuevamente.

¿Acaso no quieres hacerlo?, he oído palabra por palabra de lo que te han dicho, de lo que te han hecho. La habitación se sentía fría y oscura, sintiendo en ese momento como si una sombra reptara a su alrededor, abrazando a Manolo que estaba muy asustado.