Bruno nunca pensó en ser tío, nunca pensó en tantear el futuro y ver cuantos sobrinos tendría. Nunca pensó que llegaría a ser tío. Si claro, sabia que sus hermanas querían hijos pero no imagino en obtener tal titulo.
Tío. La palabra seguía sonando rara en su boca. Incluso después del nacimiento de Isabela y Dolores la palabra no salía naturalmente de él.
"El es tu tío Bruno, Isabela" Soltó Julieta con una risita mientras invitaba a salir a la pequeña de 3 años de atrás de sus piernas.
"oa, Tío buno" Saludó tímidamente la niña de vestido morado
Bruno para ser un hombre mayor de 30 años seguía teniendo una comunicación que rivalizaba con la de un niño. Por lo que simplemente se delimitó a mover una mano en forma de saludo y encogerse de hombros.
Isabela se escondía en la pierna de su mama, aferrada como si creyera que al soltarla, desaparecería. Inspeccionando a Bruno con esos ojos grandes de niño pequeño.
No sabe que paso después, solo sabía que no paso mucho tiempo hasta que la pequeña comenzará a caminar detrás de él y comenzará a pronunciar las palabras más claras que había dicho a su corta edad: tío bruno
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"¡Bruno! ¿has visto a Dolores?" Pepa preguntó saliendo de la guardería. Encontrándose con Bruno de paso.
Bruno dio un paso a la derecha, mostrando a una Isabela que imitó el movimiento del mayor. Una cabellera familiar secundando a la niña. con una vocecita acompañada diciendo: "ettare con tío buno, ma"
Pepa sonrió y caminó hacia su habitación. Tres pares de ojos en su figura.
"¿No te la llevas?" cuestionó Bruno incomodo por que las pequeñas comenzaban a imitar sus movimientos y seguir sus pasos.
"Esta en buenas manos, hermano, solo me preocupaba no haberla visto desde el almuerzo"
Verás, con Dolores pasó algo parecido. Bruno no podía evitarlo ¿o si?
Luego nació Luisa. También comenzó a seguirlo.
"¿Por qué . . . Por qué están siguiéndome?" Se cuestionó Bruno mientras se cubría con la capucha de su ruana tratando de desaparecer de la vista de los niños.
"¿Le decimos que así no es como funciona el esconderse?" comentó Agustín desde la puerta principal observando los 4 niños que tenia enfrente, por que si, Bruno a veces actuaba como uno.
"Nah, es divertido verlo jugar con las niñas" respondió Félix a su lado. Otra figura uniéndose a los 4 niños en el patio central de casita.
"¿Bruno?" Habló demandante Alma. A mamá nunca le gustó que sus nietos siguieran a la oveja negra de la familia. Bruno rodó los ojos debajo de su capucha.
"Ya lo se mamá, pero ¿Qué quieres que haga? Ellas son las que no paran de seguirme" Tres paredes de cabezas se asomaron intercaladamente por detrás de un encapuchado Bruno.
"Solo, ten cuidado ¿si?" No contamines a mis diamantes en bruto querrás decir. Se golpeo mentalmente Bruno.
Alma siguió hacia la cocina, y Bruno retomó su camino a la torre. Sus sobrinas siempre se dispersaban al ver el montón de escaleras. Bruno río. Bruno 1, ninos 0.
Los años pasaban y los niños crecían. Isabela y Dolores dejaron de seguirlo a los 8 años. Aunque ni Julieta ni Pepa lo dijeran. Bruno sabia que mamá les había prohibido que no dejaran a los pequeños cerca de él. Porque claro, cuanto vives en una familia mágica cuyo don magino parece mas una maldición era normal que mamá se preocupará por que no les heredara algo como eso.
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El que no debe ser nombrado . . .
RandomUnos cuantos shorts sobre bruno, porque uno no puede dejar de lado a este hermoso madrigal. También hay relatos sobre la relación con su familia, los años que paso en las paredes, su relación con casita o historias centradas con sus hermanas y cuña...