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La jornada del día de hoy a sido un poco más agotador que otros días y el motivo fue que tuvieron el doble de clientes en el restaurante de ramen en el que él trabaja, sus pies los siente pesados por pasar casi 8 horas corriendo de una mesa a otra atendiendo a los clientes, no podía descansar ni unos cuantos segundos si ser regañado por su jefe, para evitarse la pena de ser humillado enfrente de todos los demás hace su trabajo de buena manera y con una gran sonrisa en su rostro, aunque por dentro se sintiera muy agotado y con ganas renunciar.

Por desgracia no se podía darse el lujo de renunciar, es muy difícil encontrar un "trabajo decente" sin tener un titulo universitario que lo respalde, sus estudios academicos sólo llegaron hasta la escuela secundaria, su abuelo fallecido cuando el tenia 15 años quedándose solo en este mundo, cómo podían encontraba trabajo de lo qué sea la paga no era muy buena y en cada trabajo que el tomaban había siempre un problema, era acosado sexualmente por sus compañeros de trabajo o por sus mismos jefes, por ese desagradable motivo no duraba más de tres meses en el mismo empleo.

Fue echado de su propio casa que le habia heredado su abuelo, la vivienda estaba hipotecada y Yuji no tenia idea sobre esa deuda, lo descubrió cuando el banco fue a tomar la propiedad, trato de llegar a un acuerdo pero fue negado por ser menor de edad, quitándole su único hogar, fue en busca departamento pero las rentas eran bastante caras que sobrepasaba su presupuesto, pero de tanto buscar por fin consiguió un pequeño y viejo departamento que era para lo único que le alcanzaba.

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Su caminar es lento y torpe, habia perdido el último tren así que tenía que caminar cinco cuadras desde el centro de la ciudad hasta su hogar, después de una larga y dolorosa hora llega a su departamento al ver que ya habia llegado da un suspiro de alivio, introduce su mano en la bolsa de su pantalón y saca un juego de llaves, abre la puerta y entra a su vivienda se quita los zapatos, se dirige directamente a su habitación dejando caer todo su peso en la cama a ferrándose a su almohada, está cansado, fastidiado detener esta tipo de vida.

Extraña mucho a su abuelo fue el que se encargó de criarlo desde que era niño porque sus padres y hermanos falleció por culpa de un desastre natural, es muy difcil para el pasar ese tiempo solo, a tratado de verle lo positivo a las cosas de no dejarse vencer por la soledad, la frustración y de los problemas que carga día tras día, pero estando en ese departamento viejo y húmedo le gustaría tener alguien más en su vida que lo abracé, que lo amé y lo apapache.

Como desea tener una vida normal, donde no tuviera que preocuparse por la renta o de tener un plato de comida sobre la mesa, hay ocasiones qué las propinas no eran muy buenas que habia días que no probaba bocado alguno, trata de ahorrar lo más que puede, quiere abrir una pequeña pastelería ese es uno de sus pequeño sueños que lo motiva a seguir adelante, quiere sey una persona emprendedora y prentende ayudar a chicos o chicas que se encuentren en la misma situación en la que el se encuentra, puede que sea un sueño tonto pero eso es su motivo de seguir adelante.

Pero a veces la soledad le gana y por la desesperación ha intentado una que otra vez en suicidarse para si alejar de este mundo tan cruel que lo rodea, pero siempre se arrepienten en el último momento.

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Suelta un suspiro y en voz alta comienza a hablar.- Si pudiera le vendería mi alma al diablo para ser millonario.

Suelta unas pequeñas risas por las absurdas palabras que acaba de decir, hasta dónde ha llegado su desesperación qué es capaz de venderle su alma al diablo, como si esas cosas pasaran.

- Ni existen los demonios.

Cierra sus ojos por unos minutos para poder recordar sus momentos más felices y esos era cuenda el era niño, cuando recordar su pasado siempre lo tranquiliza, de repente le llega un olor realmente desagradable que lo hace salirse de sus recuerdos.

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