03 | Calma

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Teru había tenido una mala semana y su humor no había sido el mejor, así que le resultaba molesto tener que aparentar ser amable y perfecto durante todo el periodo academico. No había vuelto a ver o hablar con Yashiro desde ese día en el que hicieron aquellas deliciosas galletas, después de todo él era una persona ocupada y no podía darse el lujo de sacar tiempo libre a menudo sin una buena razón.

— ¿No piensas ir a aterrorizar expectros por ahí? —Akane le observó desde su lugar con cautela. Minamoto había estado más sensible y sádico de lo normal esos últimos días, siendo él quien más sufría porque parecía que el exorcista disfrutaba de atormentarlo, como si fuese un segundo trabajo que no debía descuidar.

El mayor guardo silencio. Era molesto que esa academia estuviese tan plagada de expectros, y además estaban esos fastidiosos Misterios de los que deseaba deshacerse de una buena vez.

— ¿Debería solo quemar este lugar por completo para hacer un gran exorcismo? —Teru le sonrió encantadoramente. Escalofriante pensó Akane, era un maldito lunático de mala personalidad.

Akane comenzó a rezarle a su diosa Ao-chan para poder tener otro día más de vida y no morir a manos de aquel malvado exorcista con cara de ángel.

Akane comenzó a rezarle a su diosa Ao-chan para poder tener otro día más de vida y no morir a manos de aquel malvado exorcista con cara de ángel

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— Lo lamento, tengo a alguien que me gusta —Teru sonrió amablemente, observando a la chica frente a él que extendía una carta en sus manos.

Su sonrisa estaba tensa, la chica había comenzado a llorar debido al rechazo y él no se sentía con la paciencia suficiente para consolar a alguien. ¿Por que hacía eso? Era su derecho rechazar algo si no lo deseaba, y una persona madura debería aceptar y respetar la decisión ajena. Le vio apretar la carta contra su pecho arrugandola y luego darse media vuelta para alejarse corriendo, todo eso sin dejar de llorar como si le hubiese ocurrido lo peor del mundo.

— Que duro es ser tu —escucho a su espalda. Desconcertado se dio la vuelta encontrándose con el rostro siempre sonriente de Akane Aoi, la chica estaba a unos cuantos pasos de distancia y parecía haber presenciado todo lo que había ocurrido.

Sorprendentemente su presencia allí solo le había irritado más, sentía que no estaba de humor para lidiar con nadie. Se contuvo de fruncir su entrecejo y trato de sonreírle a la chica que se suponía le agradaba, sin embargo los ojos de Aoi que se mantenían cerrados por su sonrisa de pronto se abrieron y había algo en ellos que no supo interpretar.

— Debe ser agotador —dijo, luego simplemente le sonrió como si nada hubiese ocurrido y se alejó a paso tranquilo.

Teru observó fijamente su espalda alejándose hasta que estuvo fuera de su vista, la desagradable sensación burbujeante en su estómago no hizo más que aumentar. No le había agradado el comentario de la chica, era molesto escuchar algo que él ya pensaba de boca de alguien más.

 No le había agradado el comentario de la chica, era molesto escuchar algo que él ya pensaba de boca de alguien más

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Había logrado finalizar otro agotador día de clases sin haber explotado, toda una proesa. Sin embargo realmente su humor no había hecho más que empeorar a lo largo de aquel día rodeado de personas que no dejan de alabarlo, chicas que le acosaban persiguiendole por los pasillos según ellas de manera discreta, y chicos que trataban de acercarse a él para obtener alguna clase de beneficios.

— Me largo primero —Akane caminaba por los pasillos a paso apresurado. Ambos regresaban de la sala del consejo estudiantil —. Quiero alcanzará a Ao-chan para ir juntos a casa.

Dicho esto salió prácticamente corriendo. Teru suspiro sabiendo que su día no finalizaba allí como todos los demás alumnos, él debía regresara a su hogar para cambiarse a un atuendo mucho más acomodo que le brindaste mayor movilidad y nuevamente salir para hacer rondas de patrullaje por la zona y exorcisar a los expectros que encontrase rondando.

— Presidente Minamoto —escucho. Un compañero de su clase se detuvo a su lado y le observó con una sonrisa — ¿Le gustaría ir a comer con nosotros?

Sabía que se estaba refiriendo a una salida con sus compañeros, era agotador porque seguían invitando pese a que siempre se negaba —. Lo lamento, hoy tengo cosas que hacer.

—Lo suponía —el chico le sonrió apenado y se despidió agitando sus manos para trotar hacia la salida.

Teru desvío su mirada al escuchar susurros a poca distancia, se encontró con un grupo de chicas que se empujaban entre ellas para que alguna se acercase a él. Cuando estás notaron la mirada del chico puesta en ellas chillaron eufóricas y los susurros y risas se hicieron más fuerte, Teru contuvo lo mejor que pudo su irritación y trato de mantener su expresión tranquila.

— ¡Presidente Minamoto, caminemos juntos de regreso! —grito una de las chicas, la que había recibido el último empujón por parte de sus amigas.

— Lo lamento, debo hacer unas cosas antes de marcharme —sonrio. Las chicas chillaron emocionadas porque al menos les había respondido y se marcharon riendo y cuchicheando entre ella.

La sonrisa de Teru flaqueó un poco. No podía ser cierto que en el día en el que se sentía tan enojado y solo quería estar solo, tantas personas decidiesen acercarse. ¿No podía tener un poco de tranquilidad? estaba cansado de ser el presidente perfecto para todo, siquiera podía almorzar correctamente sin tener muchos pares de ojos sobre él. Ya estaba llegando a su límite, realmente quería golpear algo hasta hacerlo añicos.

— ¡Minamoto-senpai!

Se detuvo de golpe en cuanto reconoció aquella voz. Sorprendido se dio la vuelta encontrándose a una resplandeciente Nene que agitaba una mano en alto corriendo en su dirección.

— ¿Yashiro-san?

— Hacia días que no le veía —Nene le sonrió apenada con sus mejillas ligeramente sonrojadas, sorprendida de ser ella quien había tomado la iniciativa de acercarse y saludar —. El día de hoy hice con Kou-kun unos pastelillos —le comento animada —, sobraron bastante así que pensé en traerle algunos —dicho esto le extendió una pequeña bolsa de celofán transparente donde se notaban los apetitosos pastelillos.

Casi por instinto los recibió, sin despegar ni un segundo su atención del rostro de la chica

— ¿Como ha estado?

Yashiro le miraba desde abajo con sus brillantes ojos atentos a él, además con esa sonrisa que desbordaba amabilidad. Teru suspiro sintiendo que con el aire que soltaba se iba todo su mal humor.

— Excelente —respondio finalmente, relajando sus expresión hasta ahora tensa —. Gracias por los pastelillos, lucen deliciosos —le sonrió levemente, el malestar en su estómago desapareciendo.

Yashiro sonrió ampliamente, emocionada de que aceptase su gesto de tan buena gana. Teru pensó que esa sonrisa era muy contagiosa, era bueno ver la actitud chispeante de la chica porque de cierta forma no podías estar enojado a su alrededor.

— ¡Espero que le gusten! —dijo animada. Sin embargo luego corrió su mirada en otra dirección e hizo una graciosa mueca de sorpresa —. Ya tengo que irme —informo rápidamente — ¡Nos vemos luego, Minamoto-senpai

Yashiro le dedicó una última sonrisa antes de correr alejándose de allí. Teru le observó hasta que desapareció de su campo de visión y no pudo evitar sonreír suavemente, de pronto ya se sentía en calma.

 Teru le observó hasta que desapareció de su campo de visión y no pudo evitar sonreír suavemente, de pronto ya se sentía en calma

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Capitulo sin editar o corregir porque tengo tres días sin internet y estoy del teléfono que casi no tiene saldo, help

Belleza peligrosa | TeruNeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora