1. No Somos Los Mismos

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Viernes 28 de febrero de 2020

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Viernes 28 de febrero de 2020

Tegueste, Santa Cruz de Tenerife

" Querido diario: mi prima Amara quiere que vaya con ella a una fiesta que hay en casa de uno de su facultad. No me apetece nada pero dice que no puedo estar todo el santo día pintando. Si sé que tiene razón, pero es que muchas veces no sé cómo comportarme con los desconocidos. Soy bastante tímida. Pero iré. Tengo que ser más sociable. No puedo estar todo el día aquí en casa. Así que nada, estrenaré la falda que me regaló y que sea lo que Dios quiera. "

En la actualidad

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En la actualidad...

Naira estaba sentada en un taburete de la cocina. Tenía hambre. No había comido nada en todo el día motivado sobre todo por los nervios del viaje. Había encontrado pan de molde con el que se hizo un bocadillo de jamón york y queso, el cual se estaba comiendo muy tranquilamente.

Pedri, una vez repuesto de la impresión inicial de verla allí, estaba al teléfono hablando con sus padres. Las voces llegaban hasta la cocina, aunque ella sabía que dijera lo que dijera Pedri, esto era lo que había y él también tendría que aguantarse con la situación.

Verlo para Naira no había sido nada fácil. Había pasado un año y para ella era como si ayer mismo se hubiera ido de esa casa. Y las ganas que tenía de irse otra vez. Aunque desgraciadamente tendría que estar aquí mucho tiempo, dependiendo de lo que él niño bonito hiciera.

Escuchó sus pasos entrando en la cocina y levantó su vista del plato. Pedri resoplaba y su rostro reflejaba el enfado que sentía en ese momento. Él la miró aún sin creerse que estuviera aquí. Un año había pasado y Naira aún le seguía afectando. París le había sentado bien, demasiado bien. Estaba todavía más guapa, bueno, es que nunca dejó de serlo. Tenerla de nuevo aquí le estaba revolviendo demasiados sentimientos que algún día creyó que solo era un espejismo de la situación que vivían. Nunca tuvo la oportunidad de averiguar realmente lo que sentía por ella. Y ahora que la tenía tan cerca, no estaba ni de lejos por saberlo.

Pedri apoyó sus manos en la encimera y le dio una intensa mirada, una que le afectó tanto a Naira que tuvo que disimular como pudo, alargando una falsa sonrisa. 

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