Always || l.s

Epílogo

Querido Harry

Sé que quizás nunca leas esto, pero necesito contarte todo, necesito explicarte porque huí de tus brazos y dejé nuestro amor a la deriva.

Necesito explicarte porque rompí tu corazón y decidí cambiar el final de nuestra historia.

Desde que nos conocimos me atrapaste con tu dulce risa y tus risueños ojos, todo de tí me atrapó, me enamoré de tí como un niño pequeño.

Me hiciste el hombre mas feliz del mundo, cada día, cada hora junto a tí fué maravillosa. Me hacías volar con tus besos y caricias, nunca nadie me había amado tanto como lo hiciste tú.

Eras perfecto, hacías todo para verme feliz, junto a tí me sentía en las nubes.

Construimos un hogar juntos, tú y yo contra el mundo.

Pero yo no era perfecto como tú.

Yo no tenía una familia que me apoyara incondicionalmente. Yo no sabía decir cómo me sentía sin ponerme a llorar, por eso prefería no decirlo. Yo no era capaz de amarte como lo hacías tú.

Creéme que recuerdo cada glorioso segundo que pasé junto a tí, eras el motor de mi vida Harry. Por tí me levantaba cada mañana, por tí tocaba el piano, porque sabía lo mucho que disfrutabas mis canciones al despertar.

Contigo mi vida cambió, todo tenía sentido, el universo conspiró para hacernos coincidir y amarnos incondicionalmente.

Cada día le escribía a mi madre para contarle lo feliz que me hacías. Ella estaba muy contenta de verme así de animado. Pero mi vida se tornó un poco complicada.

Mis padres peleaban constantemente, y era por mi culpa. Mi relación con mi padre siempre ha sido difícil, nunca deseó tener hijos y menos tener un hijo gay.

Sufrí mucho durante los años que viví en su casa. Hasta que se resignó y me aceptó tal y como soy, nunca se ha sentido orgulloso de ser mi padre, y tampoco estoy orgulloso de ser su hijo.

La gota que rebalsó el vaso; cuando se enteró que estaba viviendo contigo.

Decía que la culpa era de mi madre al no criarme como debió ser, al no enseñarme a ser un "hombre de bien". Mi madre estaba harta de sentirse culpable.

Me llamaba para decirme que se iban a divorciar después de muchos años. Al fin harían lo que debieron hacer hace más de 20 años.

Pero eso no me hacía sentir mejor, al contrario, yo fuí el culpable. Si no fuera por mi culpa ellos no se habrían divorciado y mi madre no tendría que pelear por la custodia de mis hermanas pequeñas.

Mi padre quería a toda costa irse lejos a vivir con ellas, no quería que ellas también se volvieran "maricas" como su hermano mayor.

Mi mamá ganó la custodia de mis hermanas y de mi padre perdimos el rastro.

Tu me seguías amando como antes, pero yo lentamente me apagaba.

Te dije que te amaba por primera vez y las mariposas en mi estómago me confirmaron que así era. Te amaba desde lo más profundo y sincero de mi alma.

Vi lo mucho que te preocupaste por mí, y noté lo poco que te permitía saber de lo que me estaba pasando y cómo me estaba sintiendo. No fuí sincero contigo.

No estaba bien.

Necesitaba que me abrazaras por mil años, que me besaras y me dijeras al oído que todo estaría bien.

Necesitaba no sentirme culpable, no sentirme culpable de ser la razón por la que mi familia se caía a pedazos.

Pero no fuí lo suficientemente valiente.