Things |KOOKMIN|

✨|Jimin|✨

"Mi vida va pasando", pensaba "entre el chasquido de las tijeras, el parloteo y la espuma del jabón. ¿Qué estoy haciendo de mi vida? El día que me muera será como si nunca hubiera existido".

-Michael Ende

Momo

Capítulo 3

-El tratamiento va bastante bien, parece que las manchas casi desaparecen, eso es bueno -el doctor Kim se aleja de la camilla y comienza a escribir en una tabla- vamos a continuar con la misma pomada, tres veces al día ya sabes, voy a reducir la dosis del medicamento y lo demás sigue igual, evita lo más que se pueda la exposición al sol...

Dejo de escuchar su voz, estoy concentrado en el movimiento de mis pies colgado, hago una mueca, soy pequeño, es decir soy bajito ¿No debería ya alcanzar el piso? Tengo trece.

-Jimin ¿Me estas escuchando?

Con la vista clavada en mis pies respondo.

-Claro que lo escucho, está hablando sobre mi necesidad de cubrirme como una monja para sumar puntos a mi grafica de palidez ¿Sabía que mi piel bajó dos tonos desde la última vez que estuve aquí? Debe ser un récord, estoy seguro que si investigo un poco encontraré a alguien me dará un premio a la persona más pálida del mundo, ¿Un récord guinness es soñar muy alto?

-¿Alguna vez mediste tu capacidad para soñar? Déjame decirte que nunca he conocido a alguien más soñador que tú.

-Estoy en secundaria, ya no soy un niño, pero apuesto que sí existe ese premio.

-Bueno señor adulto, como veo que está prestándome muchísima atención creo que no necesito explicarle nada más -me pasa la hoja de la receta, la necesito para recoger mi medicamento- puede marcharse entonces, recuerde no salir al sol.

No me muevo, estoy esperando. No quiero admitirlo, ya no soy un niño.

Pero qué diablos Jimin, ¿Por qué estás haciendo esto?

-¿Y mi paleta?

El doctor Kim suelta una risotada.

-¿No eras un niño grande ya? -dice con burla, pero aun así saca del cajón una paleta roja-, de fresa, como siempre.

Sonrío y la tomo cuando me la ofrece.

-Gracias Doctor Kim, nos vemos en dos semanas.

Salgo del consultorio y me llevo el caramelo a la boca.

Mmm delicioso.

Sinceramente no me importa sacrificar un poco de orgullo por una paleta de fresa.

Papá está esperando en el auto como siempre, no deja de dar toquecitos al volante, cuando me mira casi me parece que suspira.

-¿Todo bien? -me pregunta cuando estoy dentro del coche, lo he obligado a esperar afuera porque quería hacer esto solo.

-Claro, no he empeorado, mis riñones están aceptables, no he muerto y mi piel de tomate se está yendo.

-Jimin -advierte.

-Ya, estoy bromeando, no te lo tomes enserio -me recuesto en el asiento y cruzo los brazos detrás del cuello, luego escucho el sonido del motor.

-Ahora me arrepiento de haberte dejado entrar solo.

-Vamos papá tengo trece.

Niega con una pequeña sonrisa y mientras salimos del estacionamiento comenta:

-Necesitas encontrar mejores excusas amigo.

Conduce por la carretera, el camino está despejado, los árboles parecen lucir verdes y frescos, podría ser un bonito día de verano, amarillo y reluciente, un buen día.