Una mente plagada de recuerdos

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Zayn se hallaba en la cocina preparando el almuerzo, Liam saldría temprano del trabajo y él los martes y los miércoles se dedicaba a prepararle la comida a su novio. Ya había pasado un año desde que sucedió el beso con Niall, y desde entonces él evitaba hablar con el rubio.

—Mi amorcito, ya llegué. —Se escuchó la voz del castaño en el hogar de ambos.

Zayn dejó una cuchara sobre el mesón de la cocina y limpiando sus manos en su delantal lila salió de la cocina para ver a Liam en la entrada con una cajita azul en la mano y en la otra una rosa amarilla.

—Hola, Li. —Zayn sonrió a su novio y ambos se acercaron y se dieron un cálido beso.

Liam le enseñó la cajita a Zayn y éste la tomó en sus manos junto con la rosa, no sin antes olerla primero.

—Abrelo, espero te guste.

Liam miró ilusionado a su chico y éste abrió el presente. Adentro había un reloj negro con azul muy bonito y costoso. Zayn observó con admiración el reloj ya que era hermoso. Con ayuda de Liam el pelinegro se lo puso y le encantó cómo se veía en su muñeca.

—Te queda muy bien. Compré uno igual, y si te fijas bien tiene nuestras iniciales. LP&ZM. —Liam le enseñó donde estaban grabadas y Zayn se asombró por aquel gesto tan lindo y cursi.

Y así era Liam. Romántico, detallista y todo un caballero. Ya tenían 3 años de relación y en ningún momento Liam dejó los detalles y las atenciones. Y era por ello que Zayn se sentía culpable por el beso con Niall.

—Muchas gracias, Li. Es un gesto muy lindo. Te amo, querido. —Zayn volvió a besar a su novio y después ambos tomados de la mano fueron a la cocina.

Ambos charlaron un rato sobre el trabajo de Liam. Él tenía que viajar esa semana a New York por negocios y aquello suponía que debía dejar a Zayn dos semanas solo, ya que el trabajo de Zayn también era importante y no podía dejarlo dos semanas.

—Te llamaré todas las noches por videollamada. No vas a sentir mi ausencia, siempre me comunicaré. —Liam le dió un ligero apretón de mano sin despegar su mirada del pelinegro.

—Lo sé, no me gusta quedarme solo mucho tiempo... Yo te extraño tanto cuando te vas. —Zayn hizo un puchero y aquello enterneció a Liam.

—Ya verás que esos días pasarán de prisa. Puedes pedirle a Harry o Niall que se queden contigo esos días acá. Así no estarás tan solo...

—¡No! Digo... Acá tengo a Zaynie, tampoco estaré tan solo. Prefiero quedarme con nuestro perro. —Zayn agregó un poco nervioso.

La sola mención de Niall lo ponía nervioso. Siempre que se veían en una reunión con los demás muchachos Zayn trataba de estar lo más lejos posible de Niall, y no era tan difícil, Niall respetaba su distancia de Zayn.

—Bueno, si tú lo dices ¡No hay problema! Y éste pollo te quedó fantástico, amor. —Liam probó un poco del pollo en una cuchara. Ya le faltaba poco al almuerzo para estar completamente listo.

Zayn se quedó ensimismado mientras revolvía el arroz con una cuchara. Aún tenía fresca las imágenes de los labios de Niall sobre él y de cómo su cuerpo había reaccionado ante los estímulos. Aún se preguntaba por qué se sintió así... Excitado ante las caricias del rubio si él no lo amaba y por qué con Liam nunca se sintió así.

—Amor, tengo una llamada. Ya vuelvo.

Liam habló y salió de la cocina. Zayn sin decir nada se quedó revolviendo el arroz y frunció el ceño.

¿Por qué Niall lo hizo sentir así?

Daddy/ L.s (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora