El varano está por acabar, una chica de 16 años que solo cuenta con una amiga y su madre entrara en la décimo quinta escuela; sin contar kinder y primaria, esta vez en Mississippi. La casa es hermosa y llena de vida, al lado vive su única amiga la que siempre está allí y sabe que así se fuera a la China ella seguiría a su lado, no le queda de otra como su madre y la suya trabajan juntas se mudan juntas siempre, en parte es divertido, pero en parte no. Ella siempre ha estado llena de inseguridades, nunca ha podido tener ni novio ni amigos solo Honey su única amiga. Ella se pone a pensar que seria la vida sin su gran amiga Honey y entonces...
-¡Mía! ¿Dónde estás? Necesito ayuda con una caja hija.
-Voy mamá.- dice con resignación la chica de ojos verdes y cabello rubio. Baja las escaleras y ayuda a su madre con la dichosa caja.
-Mía, tengo una buena noticia- mientras más se acerca a dársela más se le ilumina de alegría el rostro- no nos volveremos a mudar hasta que termines tus estudios.-
-¿Enserio ma? Wow que bueno por fin podré hacer amigos, por lo menos 3 años, eso es mejor que 3 meses.- su madre suelta una carcajada que hace que la chica a su lado no se sienta bien.
-Es una broma Mía tómatelo mejor. Ya bueno cambia esa varita si harás amigos. Además cambia de cara, no querras que el doctor atienda a una chica triste.- Mía suelta una risita al tiempo que sonríe.
-Eso no tiene sentido.-
-Pero al menos te saco una bella sonrisa.- y luego le despeina un poco el cabello.
-Ma, ya te dije que odio que me despeines.-
-Lo siento, ve a cambiarte para ir al medico por tu chequeo.- La señora Danna, madre de Mia, tiene la rara idea de que en el avión hay gérmenes mortales y si no vas al médico a hacerte un chequeo antes de que pase una semana, mueres.
Está feliz con la noticia que le ha dado a su madre. De todas las visitas al medico, Mía siente que esta es la más especial. Siente que todo cambiará de pronto.
