Bakugo Katsuki se despertó con el sonido del despertador. Miró el despertador y vio que eran las siete menos cuarto. Tenía la primera clase a las ocho y media. Se sentó en el borde del sofá e intentó recordar cómo había acabado ahí. Se levantó y fue directamente a ducharse. Poco a poco fue recordando lo que había pasado. La noche anterior había discutido con Uraraka y ella se había acostado no sin antes decirle que dormiría en el sofá.
-Soy un completo idiota.-dijo mientras se secaba el pelo.-Mira que olvidarme del aniversario.
Llevaba saliendo con ella un año y vivían juntos desde hacía un par de meses. Cuando sus padres se enteraron de que se iba, casi les da algo. Intentaron por todos los medios impedirlo, pero no lo consiguieron. Se mudó con ella y esa misma noche estrenaron la cama. Fue al dormitorio y vio que ella seguía dormida. Abrió el armario de su ropa y sacó unos vaqueros, calzoncillos, una camiseta negra y la chaqueta negra, verde y naranja que tanto le gustaba. Se vistió y fue a la cocina a prepararse el desayuno. Encendió la cafetera y metió un par de rodajas de pan en la tostadora. Se asomó a la terraza y observó la ciudad. Vivían en un ático cerca de la universidad en la que estudiaban. Mientras observaba, escuchó el ruido de la ducha. En cuanto el café estuvo hecho, se lo sirvió con un poco de leche fría y le echó una cucharada de azúcar.
-Espero que esté de mejor humor hoy.-dijo mientras se untaba una de las tostadas con un poco de mantequilla y le daba un bocado.
Cuando terminó, ella aún no había salido del dormitorio. Aprovechó para agarrar la cazadora y las llaves del coche para ir a la universidad. Estaba a punto de salir cuando lo llamó.
-Katsuki, espera.-le dijo desde la puerta de la habitación.-¿Podemos hablar un momento?
-Ahora no.-dijo él.-Hablamos en el almuerzo.-salió de casa y cerró la puerta.
Mientras bajaba en el ascensor, pensó en que momento había empezado a estar mal su relación. Recordó que fue tras navidades, cuando ella se quejó de que no había hablado con sus padres durante la cena casi. Habían ido a la casa de los padres de ella para que los conociera, pero había notado desde el primer momento que nos les había causado buena impresión. Con el pelo rubio siempre alborotado y con esa mirada de chico malo, no debía de dar la impresión de que era buena persona. Tampoco el que cuando estaba en el instituto empezó a tratar mal a su mejor amigo para caer bien a los demás.
-¿Qué habrá sido de Deku?-pensó en voz alta mientras las puertas del ascensor se abrían y entraba en el garaje.
Fue hasta su coche descapotable que sus padres le habían regalado al graduarse y salió del edificio. Estaban en Enero y el frío que hacía le hizo cerrar la capota del coche. Encendió la calefacción y puso la radio. Buscó la emisora donde ponían pop rock y escuchó la música mientras se dirigía al edificio donde él estudiaba arquitectura. Siguió pensando en todas las bromas pesadas que le había gastado. Todo empezó en tercer año, cuando un compañero de ellos dos descubrió que Izuku era homosexual. Todos empezaron a darle de lado; incluido él. Las bromas y palizas no tardaron en llegar. Incluso él participó en varias de ellas. Si ahora se lo encontrara, le pediría perdón por todo lo que le había hecho y le apoyaría en todo. Su móvil empezó a sonar. Al mirar quien era, vio que era Kirisima. Puso el manos libres para contestar
-Dime Kiri.-le dijo Bakugo.
-¿Podrías venir a recogerme?-le dijo.
-Creo que antes de ir a recogerte tendría que pedirte una cita.-dijo Bakugo gastándole una de sus bromas.
-Déjate de bromas y ven a por mi.-dijo Kirisima.-Me ha dejado tirado el coche.
-Al menos podrías decir las palabras mágicas.
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Pinceladas de amor
FanfictionBakugo Katsuki es un joven universitario que estudia arquitectura. Un día descubre que su novia le ponía los cuernos y sufre un terrible accidente que lo deja en coma varios meses. Una nueva vida le espera tras despertar, llena de antiguos amores ol...