Uno para el otro

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Pasaron los días y de vuelta no hubo ningún tipo de interacción entre ambos, pero Ennard no se veía muy perturbado por eso. Su exploración por el mundo humano tenía mucho más por recorrer, mientras tanto se viese normal y su cuerpo carezca de la muerte que a Michael le ha empezado a caracterizar, todo sería seguro. 

Estuvo un buen tiempo preguntandose si Michael seguía ahí o no, pero estaba seguro de que sí lo hacía, no había manera de que no. Él no podía morir, no con la cantidad de remanente que se habían encargado de introducir en su cuerpo. 

Seguiría viviendo por bastante tiempo más, sería una experiencia graciosa que Michael siguese viviendo en su cuerpo, pero Ennard pensaba que era poco probable más no imposible. Aún así el tiempo lo diría. 

Era uno de esos viernes según el calendario de Michael y según Ennard era el día en el que los humanos se relajaban, sobretodo porque en ese día acabarían de trabajar.

Ennard nunca quiso buscar un trabajo, no lo necesitaba. No necesitaba luz, comida, ni mucho menos agua ¿Pará que sería el trabajo exactamente? Perfectamente puede explorar las maravillas de una ciudad mientras se hace pasar por el atractivo humano que es Michael Afton.

De tanta caminata Ennard pudo visualizar un agradable parque, en dónde habían varios árboles y fuentes. Encontró unos asientos en el cual se fue a acomodar, sintiéndose extraño ya que no era tan cómodo como el sofá que había en la casa de Michael.

Al quedarse en ese lugar por un buen rato, solo pudo ver palomas bajar a comer las migas de pan que le lanzaban los niños, mientras otros iban en bicicletas.

La amalgama animatronica se sintió extraño, una punzada de ira le atravesó y a la vez le influenciaba a levantarse pero no lo hizo. Sabía que era la programación de cada Funtime aún estaba en su código, la cual era matar infantes.

Sería raro que un adulto humano se abalanzara a un niño y le intentara meter dentro suyo.

Ennard apreta las piernas de Michael hasta que se arrepiente al saber que sus extremidades seguían siendo más que delicadas. — Lo siento, Michael. — Se disculpó lo más bajo que pudo.

Ennard mira al suelo en dónde nota que una paloma se le acerca con lentitud y le observa fijamente.

El animatronico era muy ajeno a otros seres vivos que no fuesen humanos, a veces veía ratas pero no por tanto tiempo. Las aves eran algo diferente.

Quiso extender su mano para recoger a la paloma, pero al ave fue disparada volando hacia arriba. Ennard sube la mirada, pero antes de poder ver por dónde se fue la paloma, nota a una niña de cabellos rubios mirándolo fijamente.

Ojos verdes, como los suyos.

— ¿Por qué querías tomar a la paloma? — La niña pregunta curiosa y ladeando su cabeza, debe tener como unos cuatro años si no son menos.

Ennard no sabía si responder o solo mirarla. Se queda sin palabras, ya que sabe si intenta decir algo no van a sonar más que palabras robóticas.

— ¿Señor? — Pregunta la niña un poco asustada por la falta de respuesta.

— Solo...solo me pareció muy bonita.

Para sorpresa de Ennard, no fue él el que habló en ese momento.

Una voz rasposa por el poco usó salió de sus labios y se acomodó más casualmente en el asiento del parque.

Michael. Puede hablar.

— Ya veo... — Los ojos de la niña, misteriosamente apagados, desviaron su mirada hacia otras palomas. — No se van a dejar tomar, salen volando antes de que me acerque... Pero he visto que enterrandoles un palo se quedan quieras. — La niña lo vuelve a mirar con una sonrisa.

Esta vez parece que Michael fue el que se quedó sin palabras. Ennard estaba fascinado, por el nuevo descubrimiento y por las palabras de esa pequeña. Los humanos, que seres tan curiosos.

— Eso no está bien, pequeña... no lo hagas ¿Si? ¿Cuál es tu nombre?

— Mi nombre es...

— ¡Vanessa! — Una mujer asustada llegó a por la niña y se arrodilla para abrazarla. — Dios... no sabes cuánto te estuve buscando Vannesa ¿Dónde estabas?

— Mamá, solo hablaba con mi amigo, me dijo que le gustan las palomas y yo le dije cómo cazarlas.

La madre solo mira a la niña con decepción, como si hubiese algo que ella supiese pero no la regañaría por eso. Luego esta mira a Michael, sonrojándose un poco.

— Oh, lamento que Vannesa te molestase. Es una niña un poco conversadora, pero no es mala niña.— La mujer mira a su hija de vuelta y le revuelve los cabellos. — Vannesa, tú sabes que no puedes irte de la nada. Recuerda lo que prometimos.

— Mamá, él no está aquí. Se fue hace mucho, no insistas.

— Uhm... — Al parecer Michael se había cansado de hablar, porque solo asiente.

— Oh, lo lamento. — La madre de la niña mira a Michael. — Mi nombre es Vivian... ¿Cuál es el tuyo? — La mujer pregunta poniendo un cabello detrás de su oreja, mientras le sonreía a Michael.

Michael hacía mucho tiempo que no veía a una mujer tan interesada en hablarle, lastima las circunstancias.

— Michael... — El Afton se sorprende cuando contra su voluntad se levanta. — U-Uhm... pero debo irme, fue un placer Vivian y Vanny. — Apresuradamente Ennard lo hace irse de la escena, con pasos rápidos y decididos, podría decirse que hasta enojados.

Pasaron unos minutos en silencio hasta que Ennard por fin encuentra un callejón en el que no pase nadie, completamente oscuro para poder hablar.

— ¿Así que podías decirme cosas? Michael, no es bueno que me lo ocultes.

No podía decir si Ennard estaba molesto o solo le estaba hablando normal.

— Pero si hubiese sabido que habrías optado por hablarle a una mujer mucho mayor que tú y a una niña mucho menor que tú, me hubiese quedado solo siendo Ballora y una Minireena. Al parecer eso despierta el interés en ti ¿Cierto Michael? Yo no te intereso, porque no te molestaste en charlar conmigo cuando te había compartido tantas palabras, es realmente grosero no hablar.

— No tengo nada qué decirte. — Michael por fin le responde.

El animatronico dentro de él golpea la pared del edificio con tanta fuerza que Michael está seguro de que volvió a romper la piel de su mano y necesitaría más vendas.

— Sí tienes algo que decirme, Michael. Somos uno, y si no estás de acuerdo con eso, también te recuerdo que eres mío y y yo decido lo que haces. Podría llevarte a la cárcel e irme por la ventilación, dejándote ahí por siempre.

El Afton no respondió, como era de esperarse. Y Ennard solo se enfadó más, pero al parecer buscaba la manera de calmarse.

— Volvamos a casa. Lamento haberme alterado contigo, Michael, solo...

Solo quería hablarte, siendo que solo somos tú y yo.

Unidos por millas. [Ennard x Michael]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora