Te esperaba(Klaroline)

1. Tú luz

Klaus

Nueva Orleans, 1817

Nos habíamos asentado en Nueva Orleans hace apenas 2 años, esa mañana estaba especialmente aburrido, la ciudad comenzaba a parecerme bastante simple, daba un pequeño paseo por el barrio, había saciado mi apetito con una joven doncella que se había interesado en mi, Elijah siempre decía que la naturaleza me había premiado con un don que no merecía y que utilizaba siempre para mal, el encanto, la belleza, las mujeres caían rendidas ante mí, ninguna se me había resistido, aquella que yo quería la conseguía, sin importar quien fuera.

-Señor Mikaelson.-me saludo el jefe de la policía, asentí hacia el, estaba en nuestras manos, como todos en esta ciudad, nuestra ciudad, la habíamos construido desde los cimientos.
Camine con calma, me detuve un momento a ver una tienda donde exhibían arte, parecían buenas, salí de la tienda con inspiración, listo para dirigirme a casa a pintar cuando la vi, una joven rubia, parecía flotar por la calle empedrada, no había manera de describir lo que sentí cuando la vi, tenía una belleza única, la seguí un momento, olía bien, debía saber exquisita, toda ella lo era, pero algo se sintió diferente, no quería atacarla, mi instinto animal no salió a relucir, parecía que algo más dominaba mis sentidos, era como si su misma esencia estuviera sobre mi y me calmara, su aroma dulce llegó a mi de golpe cuando se detuvo y el viento movió su cabello, se notaba que no era rica, llevaba un vestido algo desgastado y aun así se las ingeniaba para verse elegante, con el cabello semi recogido y una sonrisa angelical en su rostro, siguió caminando y casi por instinto la seguí, vi a un hombre acercarse a ella y un nuevo sentimiento me envolvió cuando el hombre toco su hombro, la vi incomodarse y retroceder, se alejo sonriendo al hombre. Me acerque con prisa hacia el.

-Cuales son tus intensiones con ella.-le dije hipnotizándolo.

-Es hermosa, pero nunca me casaría con ella, sus tierras son infértiles.-dijo simplemente, patético, la seguí de nuevo, la vi abrazar a una mujer, parecían amigas, agudice mi oído.

-Emily me alegra tanto de verte.-dijo sonriendo y abrazando a la chica, la inspeccione bien, la conocía, una bruja, y no sólo una bruja, una Bennet, eran brujas poderosas.

-Querida que haces tan temprano por aquí, tú madre está mejor?.-dijo sonriéndole, la chica sonrió.

-Si, tus hiervas casi la han sanado, te traje esto, lamento no poder pagarte.-dijo agachando la mirada.

-Eres tan dulce, no te preocupes, oh dios es tu famoso pastel? Esto es mejor que cualquier otro pago.-dijo Emily sonriendo ampliamente, me encontré a mi mismo sonriendo, me puse serio de nuevo y me gire, no entendía que estaba pasándome, nunca me había sentido así, nunca me interesaba por las patéticas vidas humanas y llevaba siguiendo a esta chica durante casi 1 hora, su vida me había interesado y ni siquiera conocía su nombre.

-Gracias, es una bendición que todos los amen.-dijo sonriendo.-Debo irme, mi chico me espera.-dijo y yo achique un poco los ojos, a quien se refería?.

-Niklaus.-dijo mi hermano a mi espalda. De pronto recordé porque estaba ahí, me volví a girar, ella ya no estaba.

-Que quieres?.-dije simplemente.

-Hoy tenemos reunión en casa del gobernador, no llegues tarde.-dijo simplemente

-Gracias, ahora me voy.-dije caminando en la dirección en donde había estado la chica, pero no la vi por ningún lado, la había perdido y ni siquiera sabia su nombre, o el de su familia, no sabia como podría encontrarla y lo más importante, porque querría encontrarla?

En otro lugar del barrio frances

Elijah