¿Que te sucedió?

210 28 23
                                    

Llevaba tiempo sin ver a Oliver, su más grande enemigo, la razón de que todos sus planes para asumir el control del país fracasaran miserablemente, calculaba que había pasado alrededor de una semana entera.

No era algo de extrañar pues normalmente era así, él hacia planes y el contrario los arruinaba en cuanto intentaba llevarlos a cabo, después de alejaba por semanas hasta que creara un plan diferente, uno que también fracasaría y así sucesivamente. 

¿Porque estaba pensando en esto? Ni siquiera él lo sabía, otro recuerdo le vino a la mente.

○                                  ○                                ○

La sangre recorría ferozmente su brazo derecho, consecuencia del corte diagonal que le atravesaba desde el hombro hasta el codo, apretó la mandíbula mientras las llamaradas que salían de sus manos arrasaban con todo a su paso, de reojo logró observar a Oliver volando de aquí para allá tan campante, en ninguno de sus encuentros resultaba herido como él.

Sus ojos llenos de rabia se dirigieron al peli-castaño y le escupió un par de palabras de odio, el contrario por su parte le sonrió, detuvo abruptamente el fuego puesto que ya de nada servía seguir peleando, todos sus robots estaban destrozados, se retiró sin muchas ganas ya que bien sabía que el otro no le seguiría.

○                                  ○                                ○

Eso había sido hace una semana ya, el recuerdo de esa horrible derrota le amargo la noche, apretó la taza de café en sus manos y levanto las cejas cuando escucho golpes en su puerta, era la 1 am ¿Quien diablos podría ser? Abrió la puerta con cautela y lo que miró lo impactó.

Era Oliver, estaba hecho un desastre tembloroso, estaba sangrando y parecía estar drogado, su mirada estaba perdida, desorbitada.
Los ojos que se miraban como si estuvieran en ningún punto fijo se dirigieron a él, después se tambaleó un poco y habló con una voz rasposa.

— No sabía a donde más ir – El tono que uso era quebrado, jamás lo había escuchado antes, no en él.

De pronto se desvaneció en su lugar, desmayándose en cuanto termino la oración, no supo porque pero su cuerpo actuó más rápido que sus pensamientos y detuvo su caída, no supo como pero se las arreglo para llevarlo dentro de la casa.

Lo colocó en el sillón en el cual se encontraba sentado hasta hace poco y lo examinó con los ojos rápidamente, jamás lo había visto así de herido, o herido al menos, si se ponía a recapitular en ninguna de sus peleas lo había visto sangrar siquiera.

Se agacho en su lugar y apretó su cara con angustia, ¿Que estaba haciendo? ¿Porque lo había metido a su casa?.

Miró el cuerpo rígido de su enemigo y pensó que era buen momento para sacarlo de ahí, aún podía arrepentirse y hacer como si nunca lo hubiese metido a su casa.
Suspiro pesadamente y se encaminó a la cocina, desde donde arrastro una silla hasta quedar frente al sillón, se dejó caer y observó al hombre frente a él.

No sabía como es que lo habían herido o quien lo había hecho, pero de algo estaba seguro, se iba a arrepentir.

Y no por una razon profunda, solo que si alguien lo iba a matar, sería él, nadie podía siquiera pensar en adelantarle.

Y de eso se iban a enterar.

———————————-————————

( Hola amores, espero les haya gustado esta sinopsis, las actualizaciones serán algo lentas, una disculpa de antemano)

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 22, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mírame. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora