03. all eyes on you

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La semana pasó sin más precedentes en Forks para los hermanos Swan, tan rápido que apenas se sorprendieron cuando el lunes llegó alrededor de la esquina, adornando con blancos copos de nieve la calzada

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La semana pasó sin más precedentes en Forks para los hermanos Swan, tan rápido que apenas se sorprendieron cuando el lunes llegó alrededor de la esquina, adornando con blancos copos de nieve la calzada. Aquel efecto consideró un peligro para el viejo monovolumen en el camino, puesto que cada trazo de la calzada estaba congelado, haciéndola resbaladiza y mortífera. William se despertó antes de que su padre se fuera al trabajo, con solamente la camiseta del pijama, lo que captó la mirada extrañada de su padre.

—¿No deberías estar un poco más abrigado, hijo? —preguntó Charlie, abrochándose el cinturón policial—. Está congelando allá afuera, y no es como si aquí estuviera más cálido

—Ah, no te preocupes por eso, voy arriba en un segundo —respondió el chico para calmar a su padre—. Sólo bajé a preguntarte dónde guardas las cadenas. La calle está congelada y no queremos tener algún accidente al ir al colegio. Ya sabes como es.

Charlie se giró hacia el espejo que estaba colgado en la entrada de la casa, arreglándose los mechones sueltos de cabello que enmarcaban su maduro rostro, mirando por el reflejo a su hijo tras de él.

—Ya me encargué de eso, no te preocupes.

—¿Cómo así? —preguntó William extrañado ante ese comentario—. No he sentido levantarte, ¿a qué hora lo hiciste?

—Temprano, como que muy temprano —clarificó Charlie mirando a su hijo, su voz en un tono desenfadado—. De todos modos, no fue nada. Mi deber como padre es protegeros, incluso de caminos congelados, ¿verdad?

—De verdad, papá, no debías. Te juro que lo iba a hacer yo. —William dijo pasándose la mano por el pelo ya desordenado. La sorpresa de saber que no solo su padre había hecho aquello por él, sino que genuínamente se preocupaba por el bienestar de ambos de sus hijos era una cosa que le descolocaba, era algo que no había tenido con Reneé desde... nunca. En general, él había sido bastante independiente mientras crecía.—. Eres el mejor.

—Como dije, no fue nada. —Charlie volvió sobre sus pasos, puso las manos en los hombros de su hijo y le besó la frente.—. Tengo absolutamente todo bajo control. Y ahora, si me permites, tengo que ir al trabajo.

nicotine, JASPER HALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora