Vi x Reader - Lemon - Arcane

VI

Lo más probable era que Vi estuviera trabajando hasta tarde como siempre, a _____ le pareció una excelente oportunidad para pintarse las uñas. Usualmente Vi requería mucho su atención, volvía cansada de trabajar y si no se tiraba en la cama y se dormía en dos segundos, le pedía a su novia que se metiera en la bañadera con ella; le hiciera caricias en la cama mientras buscaba el sueño; o la tenía gimiendo hasta bien entrada la madrugada. A _____ no le molestaba, le gustaba pasar tiempo con Vi y que la abrazara con esos brazos tan musculosos que la volvían estúpida al verlos. 

Durante el día ella también trabajaba, se sentía erróneo que Vi fuera el único ingreso que tenían, _____ no era fuerte, ni veloz, ni sabía empuñar un arma correctamente, ni disparar una pistola correctamente, mucho menos saltar de un tejado a otro, no sabía hacer nada que ayudara de ninguna manera a los Firelights. Pero sabía leer y escribir —algo que la mayoría aquí abajo no—, así que a Ekko le había parecido buena idea que le enseñara eso a los niños, además de enseñarles, servía para que los cuidara mientras sus padres entrenaban o se encontraban en misiones.

Por eso cuando Vi llegaba tarde del trabajo era uno de los pocos momentos del día que realmente tenía para ella sola, y hacía mucho tiempo que tenía ganas de pintarse las uñas, pero nunca tenía tiempo de esperar a que se secara, así que siempre se le terminaban arruinando. 

Había elegido un color fucsia casi rojo que le recordaba al cabello de Vi. 

Terminó de pasar el pincel por las diez uñas de sus manos y miró el trabajo satisfactoria antes de empezar a soplar los dedos con la esperanza de que así se secara más rápido.

Estaba con las piernas sobre la silla y las manos sobre la madera del escritorio mirando a la pared frente a ella cuando escucho la puerta abrirse. Vi había llegado temprano y no se veía cansada. 

  —Hola —la saludó desde el escritorio.

Vi se acercó al escritorio y se agachó un poco para darle un beso en la cabeza

  —Hola, hermosa —le dijo.

Escuchó que Vi se sentaba en la cama y se giró hacia atrás en la silla para verla. La pelirrosa se acostó con las manos sobre el abdomen mirando al techo.

  —Vi, no te acuestes con los zapatos puestos —le recordó _____, no era la primera vez que se lo decía.

  —¿Por qué no me los sacas tú? —dijo Vi con una sonrisa en los labios, dejando claras sus intenciones para esta noche.

_____ no pudo contener una sonrisa que estaba a punto de convertirse en risa.

Vi se sentó en la cama y se sacó los zapatos para volver a acostarse en la cama, esta vez de costado en una posición más relajada con las piernas flexionadas y abiertas.

  —Ven conmigo —le pidió.

Se corrió más contra la pared y apoyó su cabeza en su mano, dejándole un espacio bastante grande a _____ considerando que compartían una cama muy pequeña. Ella se acostó a su lado mirando al techo con las manos sobre el abdomen justo debajo del pecho, haciendo todo lo posible por que sus uñas no tocaran nada.

Vi tenía claro lo que quería, pero no estaba segura de que su novia estuviera al tanto, así que le dio un beso en la mejilla que sin perder el tiempo descendió a su cuello. 

  —No vamos a tener sexo —le advirtió _____.

  —¡¿Qué?! ¿Por qué no? —se quejó— ¿Hice algo? ¿Estás enojada conmigo?

_____ rió ante tales sugerencias.

  —Me acabo de pintar las uñas.

  —Oh, podemos hacerlo igual, eso no es un problema.