✿; Uno

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Gulf suspiró

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Gulf suspiró. Había sido un día agotador en su nuevo trabajo de mesero, pero no sé podía quejar, pagaban bien. Dio un vistazo a su reloj de muñeca y este marcaba las 7pm. Sentado en el duro asiento del autobús podía ver por la ventana pasar los grandes edificios, una sonrisa diminuta pinto sus labios rosas mientras la música inundaba sus oídos. Cuando el complejo de apartamentos donde vivía apareció a la vista se levantó de su asiento y pidió la parada. El autobús se detuvo y Gulf bajo.

Había sido un día agotador, pero la idea de ver a su mejor amigo Mew lo hacía sentir reconfortante. Como si el día agotador se fuera lejos de sus huesos y se sintiera rehabilitado de nuevo. Mew siempre le causaba esa sensación.

Su amigo quizás era el centro de su universo, pero nunca lo admitiría en voz alta, era muy cobarde para ello.

Cuando la puerta de madera con el número 16 brillo a su vista, sus mejillas se agrandaron. Coloco la llave y la giro dos veces, cuando la puerta se abrió él entró y descalzo sus zapatos. El silencio inundó el pequeño y acogedor apartamento.

Gulf frunció un poco el ceño, había demasiado silencio para ser normal. La mayoría de veces que llegaba el ruido de la televisión o las risas de Mew al teléfono lo recibían.

—Mew—llamo, pero no recibió respuesta alguna—Mew, Mew, Mew—siguió tarareando por todo el espacio—¿Dónde te haz metido?

Gulf se calló de repente, ya que al abrir la puerta del dormitorio de su amigo lo encontró muy concentrado en el computador.

—¡Dios! ¡Mew Suppasit! llevo rato buscándote. Llegue a pensar que te habían secuestrado.

Mew apartó la mirada del computador y le dedicó una amplia sonrisa a Gulf.

—Estaba tan concentrado con esto, que me distraje tanto que no te oi llegar. Lo siento Gulfi.

Gulf ladeó la cabeza sonriente y le palmeó el hombro.

—Tranquilo, hombre. El porno esta primero, entiendo.

Mew soltó una carcajada para después ponerse muy serio. La seriedad con la cual Mew le miraba puso a Gulf muy nervioso. Esto no se trataba de porno.

—Lamento romper tú burbuja cariño. Pero no estoy viendo porno, es algo mejor.

Gulf frunció el ceño muy confundido.

—¿Qué podría ser mejor que el porno?

Mew cejeo y le pidió que se acercara. Gulf se acercó a su amigo y se puso detrás de él. Cuando el alto al fin pudo ver la pantalla, la sorpresa adueñó sus facciones.

¡¿Qué jodida mierda?!

—¿Estás bromeando?... ¿Para que quieres un híbrido?—La cara de Gulf se descompuso y miro a su amigo como si este fuera un bicho raro, pero después sus facciones se relajaron. Que idiota había sido pensar que Mew sería capaz de algo tan absurdo—¿Max y Tul quieren probar cosas nuevas?—y su risa inundó la estancia, pero Mew no se unió a sus sonoras carcajadas.

✿; Celoso de un híbrido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora