universo alterno
akatsuki au
una pequeña y escurridiza gota desciende con calma y al ritmo del viento que caía sobre la madrugada, obligando a que las hojas caigan de sus lugares con una danza elegante hasta finalmente tocar el suelo.
el aire movía sus ropas sin mucha brusquedad, probablemente susurrando a sus espaldas, juzgando y criticando a la par que se alejaba hasta desaparecer en el horizonte.
no es la primera vez asi que no se sorprende, a este punto ya es un hábito. no puede culpar a aquellos que lo miran con desprecio y miedo desde arriba, tampoco puede desmentir esos rumores que rondan en el mundo, mucho menos puede deshacer el odio que crece en los países cada que su nombre es mencionado.
el bien y el mal dependen de un delgado hilo llamado decisiones, y al final del dia los tres son inútiles. todo depende de la perspectiva, si un asesino es ejecutado la familia de la víctima lo ve como justicia, mientras que la familia del perpetrador guarda resentimiento y planean venganza por aquello que ellos dicen fue una injusticia, ¿y si el asesino estaba buscando ajustar cuentas por algo previo? ¿y si estaba obligado a tomar la vida de su víctima? ¿sería diferente si ambos estuvieran siendo controlados desde las sombras?
no, claro que no, solo esta buscando minimizar sus actos, solo esta buscando justificarse para escapar unos segundos del peso que sus hombros estaban condenados a cargar toda su vida. observa sus manos teñidas de sangre, sangre que no va a borrarse por más que piense en una razón para redimirse.
una cadena con agujas aprieta su corazón y lo hacen retorcerse en los recuerdos que controlan su cabeza, gotas traviesas de sudor frio caen por su cuello a medida que empieza a tener una jaqueca lo suficientemente fuerte como para arrebatarle un quejido.
recuerda todo lo que hizo, los gritos y súplicas de aquellas vidas que tuvo el derecho de arrebatar bajo el nombre de la supuesta justicia que defendía. incluso antes de volverse un ninja renegado era así, ¿qué fue lo que cambio? se puso una capa nueva y siguió haciendo lo mismo, se convenció de que el camino que eligió era lo mejor cuando realmente nunca cambio.
siente que la culpa lo hunde en lo más profundo de la oscuridad, el aire se escapa de sus pulmones cuando las imágenes pasan como película en su cabeza, dándose el lujo de no omitir ningún detalle. se siente como un monstruo, su estómago se revuelve pero el sabor amargo en su boca no lo deja, así es como vive diariamente, aguantando todo.
se pregunta si vale la pena, si todos aquellos niños, hombres, mujeres y ancianos a los que les sacó el calor de la vida son necesarios para este dicho objetivo que pesaba cada vez más conforme los días pasaban.
shisui empieza a desmoronarse lentamente, las sutiles lágrimas recorriendo su rostro y los temblores que recorren su cuerpo son una prueba de ello.
pero al parecer no todo esta en su contra.
una ligera caricia es dejada sobre su mejilla, y poco a poco siente como su rostro es suavemente acunado y unos largos y delgados dedos se encargan de desaparecer cualquier rastro de su tristeza.
cálido, se siente tan cálido cuando esos brazos lo envuelven para volver a armarlo, con paciencia y cariño, con una mirada que no refleja odio ni desprecio, eso era justo lo que necesitaba shisui.
no pierde ni un segundo de ese abrazo para esconderse tanto tiempo como pueda, refugiándose en el cuello del muchacho que ahora acaricia sus cabellos salvajes en busca de transmitir un poco de paz, solo un poco, lo suficiente para que sepa que no tiene que afrontar todo eso solo.