07| Película

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"Película"
Narrador| Clara

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—¡¿Estás loca?!—grité, viendo que Amaya salía corriendo con la laptop en sus manos. Detrás venía Black, sosteniendo unos papeles.

El vendedor los había escuchado y se volteó para ir a revisar el almacén. Así que yo salí corriendo y ellos lograron escaparse por atrás.

¡Pero jamás creí que se llevarían la computadora!

Corrimos por la carretera hasta volver a entrar al bosque. Mi estado físico me estaba gritando que por favor me detuviera.

—¡¿De qué te sirve la laptop si no hay internet ni señal?!—pregunté en un grito, volteándome para asegurarme de que aquel hombre no nos seguía.

Y bueno, no estaba realmente preocupada por nosotros, si no por el vendedor. De nuestro lado tenemos a dos asesinos, y no me gustaría que le hicieran daño a un inocente.

—¡Descargué los archivos!—respondió, deteniéndose a respirar unos segundos, y yo hice lo mismo.

El par de enmascarados se detuvo a un lado nuestro, y me impresionaba que sus respiraciones no estuviesen agitadas.

—A la cabaña—ordenó Black.

—¡¿Puedes esperar a que me vuelva el aliento?!—Y ahí estaba de nuevo la Amaya que yo conozco.

—Que molesta es esta escuincla—se quejó en voz alta, dando unos pasos hacia ella y cargándola como si se tratara de un saco.

—¡Bájame!—gritó ella, forcejando, pero al tener la laptop en sus manos no podía hacer mucho.

Yo suspiré, caminando detrás de ellos.

—¿Necesitas que te cargue también?—preguntó White, pero para mi sorpresa, no detecté sarcasmo en sus palabras, en realidad se escuchó bastante amable. Negué con mi cabeza en respuesta.

Seguí avanzando hasta llegar a la cabaña de ellos, Black lanzó a Amaya a uno de los sofás y ella solo lo miraba con una profunda ira en sus ojos.

—Idiota—murmuró.

—Escuincla—respondió, con el mismo odio.

Yo rodee los ojos, yendo a sentarme junto a ella en el sofá.

—Los papeles—pidió fríamente, y Black se acercó de mala gana, sosteniendo aquellas hojas en una de sus manos, mientras que la otra tomaba del mentón de Amaya.

Fruncí el ceño, ¿qué le está haciendo?

—Escúchame escuincla—murmuró demandante, alzando su barbilla para obligarla a observarlo—Yo puedo asesinarte cuando quiera, y si no te comportas bien, terminarás agotando mi paciencia.

Amaya bufó, apartándose bruscamente.

—No te tengo miedo—pronunció, haciendo una pausa en cada palabra.

—Cálmense los dos—White habló finalmente, y debo admitir que me aliviaba saber que él siempre optaba por aligerar el ambiente que Black y Amaya creaban.

Ella le arrebató los papeles de la mano, y con el ceño fruncido, empezó a leer.

Yo me acerqué para intentar ver lo que decía también. Al parecer, eran los archivos que descargó y alcanzó a imprimir en aquella tienda.

—¿Están seguros de que eran policías?—inquirio Amaya, alzando una de sus cejas.

—Muy seguro, tenían el uniforme—respondió White, pasando una de sus manos por su cabello rubio—es realmente lo que no puedo borrar de mi mente.

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